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Un paseo por el viñedo de Familia Luis Cañas es suficiente para entender la singularidad de este vino. Selección de Familia nace de viejos tempranillos situados en el entorno de Villabuena de Álava, Samaniego y Leza, en un radio de unos cuatro kilómetros alrededor de la bodega. Son viñas plantadas en suelos primitivos, que limitan de forma natural los rendimientos. Parcelas imposibles, pobladas por afloramientos rocosos y vegetación, con ecosistemas dinámicos, donde las plantas crecen en armonía con la naturaleza. El 85% de este vino es Tempranillo con una edad media de 53 años. Y el 15% que en la etiqueta figura como otras variedades se refiere en realidad a unas viñas de Cabernet Sauvignon plantadas en el año 1985. Esto convierte este vino en uno de los escuetísimos assemblages con Cabernet Sauvignon de la D.O.Ca. Rioja. "Es curioso encontrar una variedad internacional en las viñas de la familia, porque suelen ser todo lo contrario: viñas antiguas, transmitidas de generación en generación, donde predominan los viejos clones de variedades tradicionales de la zona (Tempranillo, Garnacha, Graciano…)", explican desde la bodega. "De hecho, estamos tratando de rescatar un gran número de variedades autóctonas que amenazaban con desaparecer. Desde 2016, trabajamos en un proyecto de recuperación varietal que nos ha llevado a identificar cerca de 40 variedades en nuestros viñedos más antiguos". En cuanto al vino que os presentamos este mes, la añada 2017 del Selección de la Familia, embotellada en enero de 2020, sorprende en nariz con un amplio abanico de matices que tejen una red aromática de gran complejidad. En boca, es un tinto enérgico y vigoroso, que va cambiando por momentos, dando mucho juego en la copa con toques propios del terruño. La sugerente mezcla de Tempranillo y Cabernet Sauvignon hace que este Reserva sea algo único. Contundente, sabroso, largo y envolvente. De taninos jugosos y vibrantes, con una gran capacidad de guarda. Un vino para disfrutar despacio.
