- Bartolomé Sanchez
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- 2003-06-01 00:00:00
Afortunadamente todavía sobrevive la viña. El hermoso valle de Secastilla se halla en el recóndito extremo noreste del Somontano. Nunca había visitado esos lugares tan atractivos, donde los pueblecitos atesoran más obras de arte que habitantes. Gracias a Pedro Aibar pude verificar que en la D.O. hay todavía mucho por hacer. Desde un todo-terreno que se agarraba a las cuestas como una araña, vimos islotes de majuelos, laderas con viejas cepas retorcidas sobreviviendo en peñascales, en los pequeños pagos llamados Latre, Buil o el Plano Salina. La mayor parte de la vid es Garnacha bien arraigada, cuidada por experimentados viticultores de parecida edad. El proverbial clima mediterráneo alienta la vida de almendros, olivos y viña, en pura contradicción a las puertas mismas de los Pirineos. De allí surge este Secastilla, suave y armonioso, para aplicar otra vuelta de tuerca al Somontano. La hora del Bierzo Hace muchos años un gran docto, mesieur Peynaud, dijo que el Bierzo era uno de los lugares más adecuados del mundo para elaborar grandes vinos. Pues bien, la hora de la verdad ha llegado a aquellos valles mineros de cautivadora belleza y en plena ebullición enológica. Hay bodegas nuevas y nuevos enólogos, empeñados en sacarle toda su expresión a las ancianas mencías, agarradas a las empinadas laderas de pura pizarra. Uno de ellos es Amancio Fernández, venido de tierras de fama, para quedarse y elaborar sus vinos en plena libertad. Este Bembibre es un ejemplo perfecto. Eligió solamente una selección de siete pequeños bancales de excelente materia prima que fue vinificada en depósitos independientes. Los siete de una calidad excelente, pero uno de ellos era tan raro que no entró en este corte. Pronto lo veremos casi como un vino de colección. Sin terminar la fermentación, se pasaron a barricas nuevas de roble americano. En ellas hicieron la maloláctica y pasaron tres meses con sus lías finas, haciéndoles el “battonnage”. De aquí se pasó a barricas nuevas de roble francés, donde durmieron quince meses más. Secastilla 2001 B. Secastilla. Ctra. Barbastro-Naval, km. 3,700. 22300 Barbastro (Huesca) Tel. 974 30 22 16. info@vinasdelvero.es. D.O. Somontano Precio: 20 E. Tipo: tinto crianza. Variedades: 90% Garnacha, resto, otras. Crianza: Diez meses en barricas de roble Allier. Fecha de entrada: 3/5/2003 Consumo óptimo aproximado: 5 años a 16/18° C. Puntuación: 9/10 1ª Cata: Un bello color rubí cereza, sin mucha capa, o sin llegar a ser totalmente cubierto como suelen estar estos vinos. También recoge la copa su ligero toque especiado que remarca la fruta roja y las finas notas de manzana. Carnoso y pleno de sabor, se desarrolla en el paso de boca con un equilibrio exquisito, y su tanino de seda envuelve el paladar. En los aromas finales se aprecia la calidez y la elegancia. Este vino es un canto a la gran Garnacha. Bembibre 2001 B. Dominio de Tares. Los Barredos, 4 (Polígono Industrial Alto Bierzo). 24300 S. Román de Bembibre. (León). Tel. 987 51 45 50. info@dominiodetares.com D.O. Bierzo. Precio: 22 E. Tipo: Tinto crianza. Variedad: Mencía. Crianza: 15 meses en barrica francesa. Fecha de entrada: 11/5/2003. Consumo óptimo aproximado: 5 años a 16/18° C. Puntuación: 8,8/10 1ª Cata: Cubierto, de color picota violáceo y con gruesa lágrima teñida. Los aromas de frutillos negros, la grosella y el arándano o unas notas minerales muy ajustadas tienen el contrapunto de una madera razonable, que ejerce de espíritu custodio. Pleno de matices, a pesar de su envolvente concentración, con un tanino rico que aporta firmeza y una acidez justa para que no se apalanque en la boca, en un final donde los frutillos iniciales dejan un recuerdo de punzante frescor.