- Bartolomé Sanchez
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- 2015-03-03 10:12:35
Escritor y periodista, licenciado en Ciencias de la Información y doctorado en Ciencias Económicas, Manuel Julià es columnista del diario “La Tribuna”, del diario “Marca” y de “diariocritico.com”.
Como escritor, es autor de títulos como ‘La gloria al rojo vivo’, una crónica personal sobre el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, ‘Cuarenta Latidos’, ‘Dioses de fuego y aire’ o ‘Castilla La-Mancha, la luz del Quijote’, con Dionisio Cañas, Antonio Pérez Henares y fotografías de Nardo Villaboy. También ha publicado los poemarios ‘De Umbría’, ‘Sobre el volcán la flor’, ‘El sueño de la muerte’ o ‘El sueño del amor’.
Además, es el director de Fenavin, la Feria Nacional del Vino, que este año celebra en Ciudad Real entre el 12 y el 14 de mayo su octava edición.
Vallegarcía Viognier
Tengo una especial relación con este vino, ya que gracias a él recuperé la esencia de los blancos. Ya en la copa su amarillo brillante capta la luz y vuelve el líquido de un oro intenso que no deslumbra sino que relaja la mirada. Sus maravillosos aromas frutales refrescan la memoria como todo buen vino y despierta una leve y sincera alegría por la vida. Además la madera está lo suficientemente encogida como para que no moleste a su frescura. Es un vino elegante y que la primera vez que se prueba inicia un recuerdo.
José Pariente Verdejo 2013
Cada vez que pruebo el blanco sin crianza de José Pariente me reafirmo más en mi creciente gusto por los blancos. Bien fresco es una delicia casi indescriptible. Se percibe la dulzura y sencillez de las flores en su primer sorbo y su levísimo toque amargo es simplemente un toque de distinción. Creo que este vino representa muy bien la calidad de Rueda. Con su leve color verdoso se aletargan los destellos amarillos. Es ante todo un vino que se ennoblece en la lengua creando una sensación de placidez.
Paso a Paso Tinto Joven con Crianza Tempranillo 2007
En este vino, el alma vieja del Tempranillo asoma con esplendor ya cuando el chorro de vino inunda la copa, donde su intenso rojo cereza se va calmando poco a poco atrapando la luz para crear esa belleza de un color que solo se puede expresar con el vino. Me encanta de él que los tostados de la madera jamás avasallan el gusto o la memoria, que van desembarcando poco a poco hasta que todo el cuerpo los reconoce y los acoge. El silencio de sus frutas es rico y pleno, con esa sombra golosa que es dulce sin ser dulce, y agradable, y a la vez difícil de explicar. Es un vino de corazón ahumado con armonía vinícola que persiste después del postre, beba lo que uno beba y coma lo que uno coma.
Poema XIV. El sueño del amor (Hiperión, 2014)
Quiero que me acaricien tus dedos delgadísimos
como hilos que se hubieran
engendrado en las nubes,
quiero cerrar los ojos como un animal famélico
y que tu gracia sexual me lleve al paraíso
con un ritual de frescor y verano
y caricias que me levanten de la tierra,
quiero tumbarme en la noche más oscura
hasta que se seque el vacío
que escolta mis sueños
por las calles donde no he conseguido encontrarte
quiero amarte en todas las habitaciones que tengo,
hasta por las paredes que se alzan del silencio,
nadie podrá decir que la luz está sucia
a esta hora de la noche