- Redacción
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- 2009-06-01 00:00:00
Pocas personas conocen la figura del negociant (que se dedica a comprar materia prima para venderla con su propia marca y estilo) y mucho menos la asocian a una mujer. Es la profesión de Chantal Comte desde hace 25 años, cuando un amigo que trabajaba en la destilería de Saint-Pierre en la isla de La Martinica le propuso vender su ron, debido a su experiencia como productora de vinos en la A.O.C. Costières de Nîmes. El ron agrícola -elaborado de la caña de azúcar fresca y considerado un producto aristocrático- le fascinaba y no lo dudó. Sabía que era un mundo nuevo aunque tenía cierta destreza en el arte de mezclar vinos; aun así tuvo que “trabajar mucho la degustación, comparando, visitando destilerías, leyendo...”. Ahora tiene más claras las ideas: un buen ron necesita “una destilería limpia, cierta tecnología, el ingenio y la precisión de un maestro destilador y que la materia prima, la caña, sea de calidad”. Además, para ella, la frescura es importante: cuanto más cerca esté una caña de la destilería, mejor, “hay que evitar largos viajes, que provocan deshidratación”. Su boceto sobre un ron excepcional tiene tres partes: “el color debe ser más dorado claro que caoba, si es natural, es decir, sin caramelo; el buqué, preferiblemente complejo, con flores, frutas tropicales, especias... En definitiva, fragante y sin agresividad alcohólica; por último, el perfume es vital que continúe en boca, persistente y arropado por un magnífico equilibrio gustativo amplio, con finura, elegancia y complejidad en un solo núcleo”. Sabe que la madera es necesaria -tradicionalmente se utilizan barricas que han contenido bourbon-, pero no debe avasallar. Por eso, asegura que “elegir barricas no es fácil”. Pone como ejemplo a los obreros medievales, que utilizaban andamios de madera en la construcción de las catedrales, pero que los retiraban al acabar la obra para que se pudiera apreciar su belleza. “Actualmente, tanto en el ron como en el vino suelen olvidarse de quitar la madera y no se aprecia su belleza”, apunta. Uno de los defectos más generalizados es el “gusto a madera”, el color oscuro, como si la barrica estuviera sucia. El sabor amargo también delata que la barrica está demasiado tostada. RON BLANCO FIGHTING SPIRIT Chantal Comte. Distribuidor: Los Vinos del Mundo 50% vol. Perfume fino y nítido de caña fresca que evoca fruta (papaya, lichis), especias (pimienta blanca y vainilla) y hongos, sin agresiones del alcohol o la crianza. Su frescura y buen trabajo táctil envuelven su grado alcohólico y crean un conjunto equilibrado y pleno de aromas a caña fresca. PVP: 43,30 euros.