- Redacción
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- 2017-04-02 11:55:56
Chase Distillery cuenta con la mejor materia prima y mima hasta el más mínimo detalle la elaboración. Todo ello ha hecho que la pajarita que visten sus botellas con la bandera británica sea un icono en la coctelería a nivel mundial
D esde que William Chase, agricultor experimentado, visitara una pequeña destilería en Estados Unidos donde se elaboraba vodka de patata, su proyecto profesional dio un importante giro. Así nació en 2004 Chase Distillery con un objetivo claro: crear unos productos de calidad que pudieran ofrecer al consumidor una experiencia llena de matices que fueran el reflejo de la historia que hay detrás de cada destilado. Este particular proyecto ha cambiado el perfil de las destilerías industriales que producen en grandes cantidades, creando el concepto de destilería de pago.
Tras dos años de duro trabajo en 2008 aparece la primera gota de Chase Vodka del alambique artesanal de cobre construido con la columna de rectificación más alta de Europa, nada menos que 24 metros de altura y 48 niveles, lo que favorece la pureza del destilado. Pronto llegan los reconocimientos y en 2010 es premiado como el mejor vodka del mundo en la prestigiosa San Francisco World Spirits Competition. No pasa mucho tiempo hasta que Chase decide ponerse manos a la obra y crear una ginebra exclusiva cuyos aromas debían ser más frutales. Para ello utiliza manzanas de sidra, una triple destilación y una combinación de botánicos única. Así nace la Williams Elegant 48 Gin.
Todo ello y mucho más nos lo contó hace unos días Phoebe Green, brand ambassador de la casa Chase Distillery en los salones de A Punto, nuestro Centro Cultural del Gusto de referencia en Madrid. Green nos sedujo con la pasión con la que nos descubrió los secretos de una destilería única en el mundo. Ya en su etapa universitaria, en la que cursó Idiomas y Negocios Internacionales en la Universidad de Leicester, descubrió su afición e interés por la coctelería. Una vez terminada su formación y tras trabajar en el mundo de la moda, se interesó por el proyecto de Chase y no tuvo más que visitar la granja para darse cuenta de que aquella destilería artesanal, familiar e independiente de Inglaterra era el proyecto en el que quería desarrollar su carrera profesional. Dos valores comparten Green y la firma: auntencidad y honestidad. Al fin y al cabo, la base para que en pocos años se haya convertido en la marca de referencia de Ginebra y Vodka.