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Alboroto en torno a Château Giscours

  • Redacción
  • 1998-11-01 00:00:00

La supuesta “falsificación de vino” en Château Giscours (se afirma que en la segunda marca, “La Sirène de Giscours”, se añadieron ilegamente 150 hl. de vino de la denominación Haut-Médoc) ha supuesto mucha publicidad internacional no deseada para su propietario, el holandés Eric Albada Jolgersma. A pesar de ello, Albada continúa invirtiendo en Burdeos.

Eric Albada: la adquisición de Château Giscours no parece haberle facilitado la vida...
Y sin embargo, la compra en sí fue un juego de niños. Yo era el único interesado. La transacción fue confirmada por el Tribunal Mercantil de Burdeos después de que me comprometiera a saldar la montaña de deudas del anterior propietario. Mi sueño era hacer el mejor vino posible en un terreno de características únicas. Las dificultades llegaron después. Ahí estaba la familia Tari, que desde el compromiso de venta intentó romper el contrato 10 veces. Sin embargo, hicimos todo lo posible para mejorar la calidad de los vinos. Hemos invertido, hemos contratado a un buen técnico vinícola (Michel Pelissé, que trabajó anteriormente en Cos d’Estournel) y hemos pedido consejo al enólogo estrella Michel Rolland. Ahora, este acto de difamación ha destruido todos esos esfuerzos.

En las últimas semanas, la prensa ha informado de ese “acto” hasta la saciedad. El escándalo empezó con un reportaje de Le Monde...
Ese periódico se comportó como una publicación sensacionalista. La información era parcial y se basaba exclusivamente en rumores y suposiciones. En cuanto a la mezcla de una cuvée Haut-Médoc con vinos de la denominación Margaus, se trata de una práctica ilegal, pero en Giscours no hay ninguna prueba de que se haya llevado a cabo. El juez instructor está investigando toda esa historia y dará su veredicto en el momento correspondiente.
En cuanto a las demás sospechas, como la adición de leche, están traídas por los pelos. Se trata del uso de caseína, un producto totalmente legal que se empleaba antes de 1994 en Giscours para la clarificación.

¿Quién informó a la prensa de forma tan parcial?
En mi opinión, se trata de una conspiración de tres personas que habían trabajado en Giscours y a las que despedimos por faltas graves, como, por ejemplo, robo. Entre ellas figura el ex director Edward Forbs. Ya nos había denunciado hace tres años con una lista de supuestas prácticas ilegales de Giscours. En aquel momento me puse en contacto inmediatamente con las autoridades competentes e hice que se investigara todo. Sólo se confirmó la acusación de adición de serrín de roble, que sin embargo había tenido lugar antes de que yo adquiriera la bodega. Ya entonces se investigó si se había mezclado vino ilegalmente, con resultado negativo. Sobre esa vieja historia se ha montado este espectáculo sensacionalista.

¿Cómo valora la reacción en los medios vinícolas de Burdeos?
Los colegas del Médoc se han mostrado muy solidarios y nos han apoyado con sus ánimos y sus consejos.

Parece que se mantendrá usted fiel a la región bordelesa: ha adquirido usted otra finca en Margaux, esta vez como propietario único.
Somos víctimas de un escándalo lamentable. Vinimos a Burdeos con el único objetivo de comprar una bodega importante. ¿Qué interés tendríamos en producir un vino malo? Pero no hemos perdido nuestro amor al vino. La adquisición de Giscours fue una empresa difícil desde el primer momento. Con Le Tertre, donde queremos instalarnos de forma permanente, lo hemos tenido mucho más fácil. Si apareciera otra oportunidad para comprar una bodega, seguro que volveríamos a elegir Burdeos.

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