- Redacción
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- 2004-04-01 00:00:00
Pocos días antes de su fallecimiento, Luis Hidalgo, el señor de las viñas y padre de la moderna viticultura española, concedió una entrevista a Vinum. Son las últimas palabras de un sabio caracterizado por su enorme humanidad y el amor al vino, a cuya mejora y desarrollo dedicó lo mejor de su dilatada vida profesional. Esta entrevista es la última que don Luis Hidalgo concedió a un medio especializado antes de su fallecimiento, ocurrido el pasado 1 de febrero. Un privilegio para la revista Vinum el contar con una de las grandes personalidades del mundo del vino español, y que con su publicación le rinde un merecido y cariñoso homenaje. Luis Hidalgo Fernández-Cano fue, sobre todo, un sabio, un gran apasionado del vino, al que dedicó su vida, y una persona de gran humanidad, con un carácter recto y serio pero de talante entrañable y tierno. Una de las figuras más relevantes de la viticultura y la enología internacional. El mejor maestro -gracias a su dilatada vida profesional, pues él nunca se jubiló- de casi tres generaciones de enólogos y viticultores, con innumerables discípulos repartidos por todo el mundo, e investigador incansable, siempre al tanto de los últimos avances y las nuevas técnicas. Con él nunca hemos dejado de aprender, de la vida y del vino, como se refleja en esta entrevista. La globalización que sufrimos afecta seriamente al mundo del vino ¿Cree que la biodiversidad está en peligro o que los viticultores, enólogos y bodegueros están reaccionando? La falta de biodiversidad es un problema del que todavía no se tiene plena conciencia. Es una cuestión poco percibida por los viticultores, y algo más, o con mayor grado, por bodegueros y enólogos, sobre todo por estos últimos. ¿Considera que esa globalización está causando una uniformidad en los vinos que se comercializan, con la consiguiente pérdida de singularidad?. Efectivamente, por desgracia esa es la situación. La uniformización está haciendo que los vinos pierdan uno de sus mayores encantos, pudiendo llegar, a la larga, a la misma estandarización que domina a otras bebidas menos nobles. Tras una amplia y enriquecedora trayectoria profesional, nos atrevemos a afirmar que conoce en profundidad las distintas viticulturas que se practican en todo el mundo ¿Qué cambios significativos han ocurrido en este campo? Los mayores cambios de la viticultura se refieren a los sistemas de plantación y sistemas de poda conducentes a lograr un gran índice de exposición foliar efectiva, tendentes a mayores producciones y calidad, con costes más económicos. En nuestro país, salvo circunstancias especiales, estas técnicas son poco empleadas. Estamos sufriendo también una erosión genética importante, lo que se traduce en una pérdida de variedades autóctonas, que si no se remedia estarán en poco tiempo en vías de extinción, con la merma consiguiente de nuestro patrimonio genético. ¿Qué pautas se deberían seguir para evitarlo? Deberán establecerse colecciones ampelográficas de reserva, incluyendo las variedades en peligro de extinción. La vid es un patrimonio cultural y económico para cualquier país productor, y sólo salvaguardando nuestro legado vitícola se conseguirá atacar la globalización y potenciar la biodiversidad. Dentro de esa riqueza que hay que salvaguardar, contamos con una zona de alto interés ampelográfico, como es Canarias, donde se atesoran variedades pre-filoxéricas ¿Cree que sabemos valorar ese tesoro? La viticultura canaria es una maravilla, como dice, un auténtico tesoro, pero desgraciadamente está en peligro por la introducción de variedades foráneas. Hay que realizar un estudio pormenorizado de clones, y experimentar con sus variedades autóctonas; de lo contrario, desaparecerán sin remedio. ¿Qué opina de la viticultura ecológica? La viticultura ecológica, no los vinos ecológicos, que sólo se producen con uvas ecológicas, es un capítulo más de la viticultura general, pero nunca se llega a las producciones y calidades de los viñedos tradicionales que emplean métodos contrastados, si son correctamente aplicados. ¿Existe la misma valoración o consideración por la variedad que por el terruño? ¿Cuál es más determinante a la hora de aportar carácter y singularidad a un vino? Se valoran según situaciones y tendencias comerciales. En los países mediterráneos, la jerarquización de factores es la siguiente: primero, el terruño, segundo, el clima, tercero, variedad, y cuarto, vinificación y crianza. En los países anglosajones el orden es: variedad, clima, terruño, vinificación y crianza. Mientras que en EE.UU. es variedad, vinificación y crianza, clima y terruño. ¿Considera que España tiene una imagen de segunda categoría en el panorama vitícola internacional? Efectivamente, debido, sobre todo, a la falta de un nivel adecuado de comercialización. ¿Qué opinión le merecen los vinos de culto, de alta expresión?¿Cuáles son las cualidades que más valora en un vino? Los vinos de alta expresión son correctos dentro de la gama existente de los vinos de gran cuerpo, con aromas y sabores intensos. Lo que más valoro en un vino, tanto en una cata como en la mera degustación, es el paladar y los aromas. Luis Hidalgo: Leridano de nacimiento, se puede afirmar que Luis Hidalgo fue ciudadano del mundo, con el vino y la viticultura como denominador común. Más de sesenta años de actividad así lo acreditan, de los cuales 46 los dedicó a una de sus mayores pasiones: la investigación. Doctor Ingeniero Agrónomo y Diplomado Superior en Viticultura y Enología, es imposible resumir su prolífica vida profesional. Fue autor de 29 libros, entre los que destaca su Tratado de Viticultura General; de 260 artículos publicados en revistas técnicas nacionales y extranjeras; de 135 trabajos de investigación; 140 conferencias y lecciones magistrales y 102 ponencias presentadas en diversos certámenes. A lo largo de su vida fue galardonado con medio centenar de condecoraciones y premios, entre los que destaca la Cruz de Alfonso X El Sabio y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Agrícola. Nunca se jubiló. A la hora de su adiós era Consultor Internacional Especialista en Viticultura de Naciones Unidas, vocal de la Comisión Española en la Oficina Internacional de la Viña y el Vino (OIV), vocal del Comité Técnico de Normalización (AENOR), además de presidente del Concurso Internacional de Vinos Bacchus y presidente de honor de la Unión Española de Catadores (UEC). «La globalización está haciendo que los vinos pierdan uno de sus mayores encantos, pudiendo llegar, a la larga, a la misma estandarización que en otras bebidas menos nobles.» El legado del maestro Luis Hidalgo fue autor de 29 libros, entre los que destaca su «Tratado de Viticultura General», libro de cabecera de enólogos y viticultores en todos los confines del mundo. La obra, que va ya por su tercera edición, fue galardonada por la Oficina Internacional de la Viña y del Vino en 1994 como la obra más sobresaliente del año en viticultura. Este tratado técnico fue una de las mayores satisfacciones del maestro, no sólo por la difusión que tuvo y tiene, sino por el gran esfuerzo realizado por su autor en redactar, revisar y actualizar su contenido. En él volcó cuanto saber acumuló en más de 60 años de actividad profesional. En esta tercera edición, su esquema general permanece, abarcando todos los apartados de la viticultura, pero el devenir de los años hace que se hayan producido nuevos conocimientos y técnicas, o se hayan aclarado otras, lo que hizo necesario que su autor, con el rigor que le caracterizaba, las incluyera para, como expresa don Luis en el prólogo del libro, «siga siendo actual y útil a los viticultores, técnicos especialistas de elevado nivel, a quien mayormente va dedicada y a aquellos otros lectores que comprenden y aman la vid».