- Redacción
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- 2006-09-01 00:00:00
Gérard Depardieu, propietario de dos restaurantes, autor de un libro de cocina, productor y titán del cine francés, nos ha recibido para hablar de vinos. Es también copropietario de once marcas, a las que califica de vinos de “alta cultura”, parafraseando la “alta costura” francesa. Tiene usted varios papeles en su vida, ¿cuál es el mejor? Siempre aquel que me ocupa en ese momento. Ahora está representando el personaje del embajador del vino que está de paso. ¿Qué quiere decir representar? El vino me fascina desde que recuerdo. De niño me impresionaba su significado en la iglesia. El vino significa reunirse y disfrutar. Forma parte de la vida y de la gente. Lo amo porque soy sociable, porque me gustan las conversaciones que favorece el vino y el sentimiento de compartir. El vino significa plenitud: disfrutar de él en compañía significa estar plenamente presente, aquí y ahora. Por otra parte, con el vino no se teme a la soledad. ¿Existen paralelismos entre el mundo del cine y el mundo del vino? El vino es la verdad, y la verdad es sublime. A veces elude nuestra percepción, pues la química del vino es misteriosa, igual que la del cine. El vino nos da una noción de lo que puede ser el arte. Detrás de ese arte hay personas que dan forma al misterio. En el cine ocurre exactamente lo mismo. A finales del año 2001 fundó, junto con Bernard Magrez, la firma “La Clé du Terroir”. Es copropietario de once vinos de diversas denominaciones de origen. ¿Qué rasgo define a todos estos vinos? Son vinos “haute-culture” -como una alta costura- de parcelas pequeñas. El volumen de cosecha es muy escaso, entre 15 y 25 hectolitros por hectárea, lo que corresponde a dos o tres racimos por cepa. La uva se vendimia a mano y se vinifica con gran esmero. ¿Cuál es el mensaje que transmite con estos vinos firmados por usted? Que hay que reflexionar sobre las cosas buenas. Y que se debería tomar por costumbre diaria beber buen vino con la persona o las personas a las que se ama. ¿Cómo vive usted estos vinos? Es emocionante saborear los distintos terruños y la voluntad que actúa tras los vinos. Hay que querer hacerlo cada vez mejor. Hay que escuchar y sentir el vino, percibir lo que le sienta bien y lo que no. Observar los vinos en su evolución presenta muchas sorpresas. Yo lo comparo con las mujeres. Siempre hay algo más que aprender y que descubrir (ríe). El vino tiene algo de femenino, como los alimentos en general. Es conocida su pasión por la cocina. ¿Dónde ha aprendido a guisar? Cocinar es el resultado de muchos encuentros. Tiene algo en común con el oficio de actor: se necesitan amigos con talento para llegar a ser bueno. Ya ha publicado un libro de cocina. ¿Piensa publicar otros libros? Oh sí. El próximo será un libro sobre el vino con historias relacionadas con él. ¿Tiene usted un lema para la vida? Me conformo con muy poco en este mundo, pero soy muy exigente a la hora de llenar mi copa. ¿Cuál es su vino favorito? Me gustan los vinos ligeros de sabor inteligente. Vinos con ingenio que estimulen la fantasía. ¿Qué vino le resulta personalmente más cercano? El que gusta. Vinos del tipo Putto… (se sonríe y mira de soslayo hacia el centro de su cuerpo). GErard DEpardieu Nacido el 27 de diciembre de 1948 en Châteauroux, en el valle del Loira, Gérard Depardieu nació el tercero de seis hijos de una familia modesta y vivió una juventud agitada. En 1971 trabajó en París en su primera película de cine y en 1974 fue descubierto. Gérard Depardieu ha rodado unas 170 películas hasta la fecha, la mayoría como actor y algunas como productor, y ha actuado en innumerables obras de teatro. Su primer gran compromiso con el vino fue la compra de una finca de 70 hectáreas, Château de Tigné en Anjou (valle del Loira), en el año 1989. En 2001 fundó junto con Bernard Magrez la firma “La Clé du Terroir” (ver caja página 36). Gérard Depardieu posee además dos restaurantes en París y es autor del libro de cocina “Ma cuisine”. La Clé du Terroir Fue el destino quien reunió a Gérard Depardieu y Bernard Magrez, propietario de numerosos Domaines vinícolas, entre ellos fincas tan conocidas como Château Pape Climent y Château Fombrauge en Burdeos (ver entrevista VINUM 5/2004). Magrez, que buscaba un padrino con fama para sus últimos crus, conoció al actor en el año 2001. A lo largo de catas y conversaciones sobre el vino, ambos descubrieron pronto que esa pasión común podía convertirse en una asociación profesional. A finales de 2001, Magrez y Depardieu fundaron la firma “La Clé du Terroir”, en la que son socios paritarios. En la actualidad producen vinos en Europa, Marruecos y Argentina (ver derecha). Los vinos se producen en edición limitada siguiendo rigurosos parámetros de calidad y se comercializan como Cuvées d’Exception Gérard Depardieu.