• Redacción
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• 2006-11-01 00:00:00

Es enóloga de E. & J. Gallo y garante de que este gigante californiano permanecerá en manos de la familia. Gina Gallo habla acerca de los chips de roble, las leyes del vino y las variedades de cepa que estarán de moda en el futuro. Gina Gallo, el nuevo acuerdo comercial entre los EE UU y Europa también tiene opositores en su país. Nosotros creemos que las reglamentaciones favorecen a todos los interesados. El objetivo es dar facilidades comerciales a la creciente exportación de la UE a los EE UU y viceversa, y con ello aumentar la seguridad en la planificación para ambas partes. El 40 por ciento de la exportación de vinos europeos por valor de dos mil millones de euros se dirige a Estados Unidos. Nuestras exportaciones a Europa se encuentran en un nivel mucho más bajo. Todos nos beneficiamos de los nuevos acuerdos. ¿Qué ha cambiado en realidad? Para la E. & J. Gallo Winery, en el fondo, nada. La Ley del Vino en California es muy severa y no se modificará bajo el nuevo acuerdo. Nuestros vinos han disfrutado de gran popularidad en el pasado y seguirán produciéndose del mismo modo que hasta ahora. Los opositores han armado mucho revuelo y han demonizado el “vino peleón americano”. Según los informes, las ventas han descendido un 30 %. ¿Ha sido perjudicial esta campaña para Gallo? Una situación como ésta supone un reto para cualquier industria. Queremos que la información sobre los vinos californianos sea clara y abierta, y trabajamos en contacto estrecho con nuestros socios comerciales y con la prensa. El apoyo que hemos recibido por su parte y también la lealtad de nuestros clientes nos permiten confiar en que, juntos, estaremos a la altura de este reto y que nuestros clientes podrán seguir disfrutando de los vinos de la casa Gallo. Con la mano en el corazón: ¿añaden ustedes agua al vino? ¿Y emplean también la “máquina infernal” Cone Spinning Column, quizá? La empresa E. & J. Gallo no bautiza los vinos. Más del 95 por ciento de las exportaciones americanas de vinos proceden de California, donde está terminantemente prohibido aguar el vino. La única excepción es el añadido de un uno por ciento de agua durante la elaboración del vino, por ejemplo en el proceso de clarificación. Tampoco fraccionamos nuestros vinos. Algunos informes interpretan erróneamente la utilización de este aparato y suponen que se emplea industrialmente a gran escala. Pero su aplicación en los Estados Unidos está muy limitada. En las zonas climáticas cálidas, la reducción del grado de alcohol a veces es recomendable para favorecer la conservación de los aromas. Contrariamente a las informaciones erróneas, este aparato no se emplea para transformar o añadir aromas. Por otra parte, también la OIV permite la aplicación de esta técnica enológica para la reducción del volumen de alcohol. ¿Cómo se defiende de los lemas antiamericanos? La comunicación directa con los consumidores es muy importante. Y esto es posible en los comercios del lugar donde se vende. En los próximos meses, la familia Gallo se presentará allí para hacer declaraciones convincentes sobre sus vinos. Estas discusiones aún confunden más a los consumidores. Por eso es tan importante informar. Si no es posible distinguir un vino tratado con chips de roble de otro madurado en barrica, ¿no se está engañando así al consumidor? En absoluto. Nuestros vinos son apreciados desde hace años por los consumidores alemanes. Ofrecemos a nuestros clientes toda la información relevante para el disfrute de nuestros vinos. El etiquetado responde a los modelos internacionales y a las costumbres europeas. Por otra parte, en ningún país vinícola, que yo sepa, es obligatorio reseñar en la etiqueta el método de elaboración. De entre un gran número de líneas de productos, Gallo ofrece a los consumidores una amplia gama de precios. En su propio portafolios, ¿cómo distinguen ustedes entre los más asequibles y los caros, es decir los de calidad, en las etiquetas de sus vinos? Nosotros creemos en la historia de Gallo tal y como la transmitimos a nuestros clientes. Los consumidores no quieren leer interminables descripciones técnicas en la etiqueta. En primera línea, quieren disfrutar del vino. De una etiqueta informativa esperan recomendaciones concretas sobre su maridaje con diferentes platos y una descripción del sabor que sea precisa y acertada. Los detalles técnicos en la etiqueta les interesan menos. En los años 90, Gallo fue una empresa pionera en los mercados de habla alemana para los vinos del Nuevo Mundo. Actualmente es frecuente que se vendan a precio de saldo vinos de California, Australia o Chile. La presión sobre los precios de mercado se debe a los embotellados baratos. Pero su evolución está demostrando que los vinos que están en retroceso son sobre todo aquellos que no poseen una identidad clara. Con las marcas auspiciadas bajo el sello de Gallo transmitimos seguridad a nuestros consumidores. Tras los grasos Chardonnay y los macizos tintos de California, se han puesto de moda los vinos muy frutales y chispeantes. ¿Quiénes serán las estrellas del vino futuro? Está en auge el tema del vino y la cocina, la tendencia apunta al «regreso a la mesa». Los vinos varietales tradicionales como Pinot Noir, Pinot Gris y el Riesling con ácido equilibrado combinan de modo excelente con la cocina moderna, versátil y de influencia regional. Está en marcha la vuelta a las variedades de eficacia probada. Por ejemplo, antes se arrancaban las cepas de Riesling en la costa de Sonoma, pero ahora se está volviendo a la antigua tradición. Hace ya diez años empezamos a experimentar en Sonoma con variedades internacionales de prestigio. Los suelos y la influencia de la región costera sobre el clima nos ofrecen las condiciones ideales para ello. Así podemos percibir las tendencias del mañana. Se dice que últimamente también están comercializando Riesling. ¿Cuánto éxito tiene? El Riesling tiene unas posibilidades de mercado fabulosas. En los Estados Unidos hemos tenido un éxito arrollador con un concepto según el cual la variedad se identifica con una marca. Actualmente estamos probando este concepto en la UE con Kendermann en Bingen. Además, hemos empezado a completar el grupo Turning Leaf con un Riesling del Palatinado. Gallo, como “global player”, comercia activamente a nivel mundial, pero no como productor con recursos propios en otros países vinicultores. Han creado sociedades con otros productores en Australia y Chile. ¿Están planeando también otras alianzas? Ideas hay muchas, seguimos en el ruedo. Primeramente confiamos en la experiencia y los conocimientos de nuestros socios, tal y como la empresa familiar Gallo lo ha practicado siempre. En el caso de Mc Williams en Australia, trabajamos con la sexta generación de vinicultores. En Chile hemos apostado por Viña Chilcaya, y en Nueva Zelanda por asociarnos con Whitehaven Company, de la familia White. Además, también cubrimos ya las grandes regiones vinícolas de Europa en el surtido con marcas como la italiana Ecco Domani y la francesa Red Bicyclette. Veo un gran potencial en Argentina. Portugal y España también son naciones vinícolas fascinantes, adecuadas para nuevos proyectos. ¿Es usted la investigadora de tendencias para los nuevos proyectos vinícolas de Gallo? Soy la responsable de los vinos de Gallo procedentes de Sonoma. Pero me gusta apasionadamente descubrir el gran mundo del vino. Siempre que puedo, viajo por él. Si se encontrara con el príncipe de Salm-Salm, presidente de la Asociación Alemana de Fincas Vinícolas Prädikat, ¿con qué vino le gustaría brindar? Soy fan del Riesling alemán. Que, por cierto, también acompaña muy bien los especiados comentarios del príncipe en los medios de comunicación. A continuación, le invitaría a probar un típico Red Zinfandel, para demostrarle de manera convincente que también en mi país se practica una sólida técnica de elaboración del vino. GINA GALLO Gina Gallo, de 35 años, es descendiente de la tercera generación del imperio del vino californiano que lleva su nombre. Como su abuelo y su padre, también hace vino en la empresa que sigue siendo familiar. Tras diplomarse en economía empresarial y psicología, estudió enología en la Universidad de Davis, en California. En la actualidad, Gina Gallo es responsable de los vinos Gallo de Sonoma Valley. El gigante del vino E. & J. Gallo es, junto a Constellation Brands, el más importante “global player” de la industria del vino a nivel mundial, con una amplia oferta de marcas de vinos de California y de otros muchos lugares del mundo, en todos los segmentos de precios. En más de 90 países, 4.500 trabajadores mueven anualmente unos 900 millones de botellas de vino.