- Redacción
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- 2008-06-01 00:00:00
Miguel Torres, de 32 años, pertenece a la quinta generación de la bodega centenaria Torres. Como director de Marketing, quiere dar a la empresa una nueva imagen y, al mismo tiempo, conservar los valores clásicos de la tradición familiar. Miguel Torres, desde que Mondavi fue absorbido por el global player Constellation Brands, algunos exponentes del mundo del vino se cuestionan si la estructura familiar realmente es el mejor modo de gestión para un consorcio internacional del vino... Creo que cada casa de vinos tiene su propia historia individual y, por lo tanto, también necesita una estrategia individual de cara al futuro. Por eso las comparaciones no son muy útiles. Pero estoy convencido de que Torres está bien pertrechada para el futuro como empresa familiar. Llamándose Miguel Torres, probablemente se sintió obligado a formar parte de la empresa familiar, ¿no es así? Mi afinidad con el vino y el interés por nuestra empresa se remontan a mi infancia. Pero no es que me tuvieran reservado un puesto en la casa Torres ni nada por el estilo. ¿Quiere eso decir que tuvo que postularse para el puesto? En la casa Torres hemos elaborado un protocolo que regula con precisión las condiciones que ha de cumplir un miembro de la familia para llegar a trabajar dentro de la estructura de la empresa. ¿Podría usted describir cuáles son esas condiciones? En primer lugar, se exige un título universitario; en segundo lugar, el aspirante debe haber demostrado su valía en otra empresa y haber ascendido allí a una posición relevante. Además, en la casa Torres debe estar libre el puesto correspondiente. No se crean puestos para miembros de la familia. Entonces, ¿quizá habría sido más fácil para usted encontrar trabajo en otra empresa? (Sonríe.) Es posible. Como director de Marketing, usted ha influido decisivamente en la salida a escena de Salmos, el nuevo vino del Priorato de Bodegas Torres. ¿Qué idea ha animado la creación de este vino? Internet y los mundos virtuales como Second Life nos abren caminos enteramente nuevos para comunicar nuestros vinos. Cuando estábamos preparando el lanzamiento de Salmos, nuestro vino del Priorato, decidimos aprovechar estas posibilidades. ¿Cómo es exactamente el marketing de Salmos? El Priorato es un paisaje de montañas tan misterioso como lo describiera Umberto Eco, por ejemplo, en su novela El nombre de la rosa. En el siglo XII, los monjes cartujos fundaron en el Priorato el convento de Scala Dei, “escalera de Dios”. Por ello, junto con Javier Sierra, escritor español que ha obtenido grandes éxitos con sus novelas históricas de misterio, hemos creado un viaje virtual al Priorato y su pasado místico. En la página web www.secretsalmos.es, los amantes del vino pueden disfrutar de una especie de búsqueda del tesoro. En un entorno 3D, que se sitúa entre el cómic histórico, los relatos fantásticos y el cine documental clásico, el visitante ha de resolver una serie de acertijos. El viaje, que comienza en Barcelona y termina en el Priorato, dura todo un día y se precisan bastantes conocimientos para alcanzar la meta. Es como una yincana intelectual, informativa y aventurera a la vez. Queda esperar que tales historias virtuales relacionadas con el vino no lleguen a ser más importantes, en el futuro, que el contenido de las botellas... Precisamente en el caso de Salmos, ese temor es infundado. Para el lanzamiento de nuevos vinos, Bodegas Torres sigue una estrategia a largo plazo. Ya el Grans Muralles, basado en antiguas variedades catalanas, se apoya en un trabajo de investigación y desarrollo de muchos años. Para nuestro proyecto en el Priorato, mi padre compró las primeras tierras en 1996. Y la primera añada que se ha lanzado es la cosecha de 2005. Una estrategia semejante requiere una inversión fuerte. Cierto, pero por suerte tenemos la posibilidad de planificar a largo plazo. La base de ello es que nuestra empresa es propiedad de la familia al cien por cien, y cada año reinvertimos el 95 por ciento de los beneficios. El alto grado de autofinanciación nos permite iniciar proyectos como Salmos. Contamos con un periodo de tiempo de entre quince y veinte años para amortizar las inversiones. ¿Eso quiere decir que quien no disponga de una base económica respetable no tiene futuro en vinicultura? No necesariamente ha de ser así. Si quien trabaja un viñedo pequeño es prudente, empieza a vinificar su propio vino con cautela y a embotellarlo y distribuirlo él mismo, sigue pudiendo hacerlo sin disponer de mucho capital. Pero es evidente que tales proyectos tienen una dimensión muy distinta para los que, como Torres, están presentes en el mercado internacional y pretenden suministrar a los canales de distribución correspondientes. Y no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino también en lo que respecta a la calidad, estamos permanentemente sometidos a una fuerte presión en cuanto a lo que se espera de nosotros. Fuera de España, Torres actúa en California y en Chile. ¿Habrá más inversiones en otros países, en el futuro? Torres es una bodega española. Y España todavía nos ofrece suficientes regiones interesantes para realizar otros proyectos. Nuestras actividades en California y Chile ocupan una posición importante, pero más bien complementaria. Frente al calentamiento del planeta, quizá sería interesante invertir en el Norte, por ejemplo en Alemania, donde su familia también tiene raíces. ¿Le preocupa el futuro de España como país vinícola? Estamos muy comprometidos con la situación del clima y la ecología. En nuestra empresa hacemos lo que podemos. Nuestros coches tienen motores híbridos y nos autoabastecemos de la energía necesaria en un 20 por ciento... Y llegamos al 70 por ciento para el agua caliente. Muy loable, pero eso no aliviará el problema del cambio climático ni la escasez de agua en el sur de España. Cada uno debe hacer lo que esté en su mano. Nosotros, por ejemplo, hemos llegado a la conclusión de que plantar árboles, que transforman el dióxido de carbono en biomasa, sigue siendo un método muy efectivo para luchar contra el cambio climático. Por eso, nuestra familia cuida unas dos mil hectáreas de bosques en España. Y hemos iniciado un fondo que apoya con un 50 por ciento de los costes cualquier iniciativa para la plantación de árboles, tanto si proceden de personas particulares, empresas o instituciones. Invertimos hasta cinco millones de euros anuales en esta iniciativa. Miguel Torres Maczassek Tiene 32 años y es director de Marketing de Bodegas Torres. Junto con su hermana Mirela, directora técnica y enóloga jefe, y su primo Arnaldo, responsable del departamento de Relaciones Públicas, constituye la quinta generación que dirigirá la casa Torres. La bodega fue fundada en 1870 por Don Jaime Torres en Vilafranca del Penedès, donde sigue teniendo su sede principal. Torres produce vinos en el Penedès, el Priorat, Conca de Barberà y en la Ribera del Duero. Posee otras bodegas en California y Chile. Además del vino, Torres también se cuenta entre los principales productores de brandy español.