- Laura López Altares
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- 2018-07-09 00:00:00
El mítico capitán de 'la Quinta del Buitre' del Real Madrid mantuvo unido al equipo en un proyecto muy personal: la Bodega Casalobos. Manolo Sanchís es carismático y cercano, con verdadero entusiasmo por el vino.
¿Cuándo nace esta pasión por el vino?, ¿cómo te conviertes en el "capitán" de Casalobos?
La pasión empezó por "mis mayores" del equipo. Cuando llegué era muy jovencito, y no tenía la costumbre de comer con vino; pero en el equipo sí era costumbre tomar una copa de vino en las comidas... ¡me introdujeron rápidamente dentro del grupo de los vinateros! Y a partir de ahí mi pasión fue creciendo... Cuando me estaba retirando, se me ocurrió la idea de crear algo que siguiera manteniendo unido el equipo. Y como todos compartíamos cierto gusto por el vino, la bodega me pareció la mejor opción. ¡Se lo propuse a mis compañeros y aceptaron!
¿Es más fácil dirigir a los compañeros en el campo o fuera de él?
S in duda es mucho más fácil en el campo [risas]. No sé si porque estamos en un medio que todos reconocemos o porque el hecho de hacer lo que mejor sabes hacer te hace ser más atinado en las decisiones... Aunque en la bodega hemos tenido la grandísima suerte de contar con el enólogo Ignacio de Miguel, una persona con un gusto exquisito a la hora de crear vino. Él no nos ha propuesto tomar decisiones enológicas, es un tipo sensato [risas]; pero sí nos ha ofrecido la posibilidad de disfrutar, y hemos pasado momentos espectaculares en torno al vino.
¿Qué importancia tienen el vino y la gastronomía en el día a día de un jugador histórico?
La mayoría de mis compañeros –el deporte desgasta mucho y tienes que comer para aguantar, claro, lo que te ayuda a ser un poco tripero– han sido verdaderos enamorados del comer. Para mí comer es un placer, ya sea en un restaurante espectacular o un par de huevos fritos en casa. Me parece que la comida tiene una parte de placer, y a mí me gusta disfrutar. Y en cuanto al vino, desde aquella primera copa que me ofrecieron mis mayores (Camacho, Gallego, San José...), se ha convertido en una parte indispensable. No me imagino una gran comida sin una buena copa de vino.
Hay quien cree que deporte y vino no son compatibles... ¿Tú qué piensas?
Yo entiendo el vino como alimento, no como bebida alcohólica; y es que además tiene una cantidad brutal de componentes beneficiosos para el organismo. El vino solo tiene un inconveniente: el abuso. Pero es que frente al abuso, ni el vino, ni cualquier otra cosa que te pongas delante... porque los excesos siempre llevan por mal camino. Pero el vino, consumido con mesura, no solo me parece compatible con una práctica deportiva, es que lo veo recomendable. ¡No tengo ninguna duda de que deporte y vino son compatibles!
Cuéntanos cómo eran los brindis en los tiempos de la Quinta del Buitre...
El vino te sirve de acompañamiento en cualquier tránsito que hagas: desde los buenos, hasta los no tan buenos. Con los buenos es mucho más fácil: levantar la copa y brindar. Nosotros hemos tenido la gran suerte de ganar varios títulos, y es un gesto de alegría levantar una copa y brindar con los compañeros y amigos. Hay otras veces que ha habido momentos no tan bonitos, de derrota, tristes. Y una copa de vino te ayuda a estar acompañado. Los tragos malos, con amigos y buen vino, son menos duros. Tengo muchas anécdotas, ¡pero soy muy malo contándolas! [risas]
¿Qué vinos hay en tu famosa lista de la compra? (publicó una por error y se hizo viral)
Creo recordar que en esa lista no había ningún vino [risas]. Mi vino de cabecera es el nuestro –Bodega Casalobos–, pero no porque sea nuestro, es que es el que más me gusta, al que más cariño tengo. También tengo especial predilección por dos o tres variedades de uva. Me encanta la Malbec, por lo tanto los vinos argentinos son de mis favoritos. También me encanta la Syrah, y en España se están haciendo unos Syrah espectaculares. Y la Tempranillo, nuestra variedad por excelencia (sobre todo el de Ribera). En cuanto llego a un sitio nuevo, ¡lo primero que hago es probar sus vinos!