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Constantino Martínez Orts: “Brindaría con Darth Vader”

Constantino Martínez Orts: “Brindaría con Darth Vader”

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  • Laura López Altares
  • 2018-09-11 00:00:00

En sus vibrantes ojos y su enérgica batuta se refleja la chispa del genio. El maestro Constantino Martínez-Orts, director musical de la Film Symphony Orchestra, es fresca dinamita a lo convencional. Este mes, arranca su gira más ambiciosa hasta el momento, dedicada al compositor John Williams -responsable de las bandas sonoras de Star Wars, Jurassic Park o Harry Potter, entre otras-, con la que recorrerá más de 30 ciudades.


Cuéntanos cómo se convierte una pasión en oficio; cómo te metiste en este precioso 'lío'

Con un poco de inconsciencia, creo (risas). Al final, los seres que somos muy pasionales quizás no medimos muy bien las consecuencias de algunos de nuestros actos. Pero yo creo que el mundo necesita locos que se muevan por las pasiones y los sentimientos, que no sea todo razón. A veces ciertas sensaciones y emociones te llevan a dar una serie de pasos, te impulsan a tomar una serie de decisiones que mueven hacia delante un proyecto que tú ya tenías en mente, motivado por una pasión. Fue así. Decidí: esto tengo que hacerlo... ¡y lo hago! 



La FSO levanta pasiones allá donde va. ¿Cuál es el secreto de este rotundo éxito?

Y o creo que hemos sabido encontrar algo diferente, algo que hace que nuestra orquesta sea ese vino que emociona al público. No vienen solamente a escuchar un concierto de música de cine. En cierta medida vienen por la orquesta, a ver el espectáculo... y a mí. Creo que hay un componente difícil de imitar, como ocurre con el vino, que cada uno tiene su espíritu particular. Yo le pongo toda mi pasión, intento que el público lo disfute como yo lo disfruto. Mi premisa cuando planteo un programa de concierto es: ¿qué me gustaría a mí escuchar?, ¿con qué me emocionaría yo?


Y hablando de vino... ¿Cómo surge la colaboración con la familia Jual Gil?

E s bastante curioso. Ellos me han contado que nos conocieron por medio de uno de los hermanos Gil. Ángel vino a vernos a Valencia con un amigo y se enamoró del concierto, de la idea. Entonces nos postularon [a la FSO] un poco como representantes, como una entidad posible para ser un estandarte de sus valores a nivel cultural. Y parece que fue así, un flechazo que quisieron materializar posteriormente en ese concurso internacional de bandas sonoras que tanto éxito está teniendo [es el premio de música de cine con mayor dotación del mundo: 50.000 euros].


¿Encuentras alguna similitud entre el vino y la música aparte del disfrute que provocan?

S on dos disciplinas que tienen muchos factores en común. Por un lado, la música tiene una parte técnica, al igual que sucede en el proceso de creación de un vino. Pero a partir de ahí hay un componente artístico, espiritual, lo que hace que un artista musical sea de una manera... y que un vino sea inimitable. Puede haber muchas orquestas que suenen bien, muchos vinos buenos. Pero cada vino tiene su propia esencia, sus propios matices, eso que lo hace único. Creo que al final hay que encontrar unos valores diferenciadores. El vino tiene una parte artística también, lo no tangible.



Dicen que la música influye en el gusto del vino. ¿Te atreves a ponerle banda sonora?

P or la propia naturaleza de los tintos envejecidos y todo lo que los rodea –las barricas, la madera–, al pensar una melodía me iría hacia la cuerda, a los violonchelos. Aunque el símil con la madera quizás sea muy obvio. Si pienso en algo más contemporáneo, como el viento–madera, me iría más hacia un blanco. No sé por qué los asocio más con la modernidad. Pero es una visión muy particular. Si tuviera que elegir una sola banda sonora –¡madre mía!–, te diría Chocolat, de Rachel Portman, ganadora del Oscar [por Emma]. Con un buen vino, chocolate al lado... (risas).  


¿Con qué personaje te irías de vinos? ¿Y con quién brindarías antes: con Darth Vader o con Luke?

L os que me conocen ya saben que soy muy de atuendos a lo... así que me iría de vinos con Keanu Reeves. Porque me gusta mucho el cine que ha hecho y, por supuesto, la saga Matrix, que inspira mi vestuario. Y además es un tipo muy cercano, muy natural, y muy sensiblizado con muchísimas causas. Me gustaría compartir con él un buen vino, y preguntarle si le gusta tanto Matrix como a mí (risas). Sí, me iría con él. Y entre brindar con Darth Vader y Luke Skywalker... ¡me quedo con Darth Vader! (más risas). Aunque me fuera al Lado Oscuro...




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