- Laura López Altares
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- 2019-02-28 00:00:00
El 7 de marzo arranca 'El Observatorio Tour', la gira con la que Diego Cantero llevará su nuevo y evocador disco por todo el país. Charlamos con él en Conservas Nudista (Madrid) sobre inspiración, recuerdos y sabores que marcan.
Tu último disco, 'El observatorio', acaba de salir a la venta. ¿Qué supone para ti este trabajo?
M e lo he tomado como un divertimento, como un ejercicio de dejarme llevar absolutamente. Creo que con el disco anterior conseguí encontrar quién soy, una forma de hacer las cosas, y con este pensé: "Ya sé dónde estoy, sé lo que hago, ahora libérate y haz lo que quieras". El observatorio es mi disco más ecléctico: hay canciones que inevitablemente hablan de mí; pero esta vez he querido ir más allá, hacer historias mucho más cotidianas. En La vida de antes, por ejemplo, he tratado de reflejar la España más profunda, con toda su belleza y crudeza.
Un funambulista es alguien que vive en el filo. ¿Te representa esta 'temeraria' filosofía?
H ay una película española, El Bola, donde hay una conversación entre dos chavales en la que dicen que un funambulista es el tipo que camina por el alambre, que no mira hacia los lados ni hacia abajo para no marearse y no caer. Y en ese momento pensé que se acercaba mucho a la definición de un músico, y concretamente a la mía. Yo llevo casi veinte años en esto, y he aprendido que la música es un camino en el cual no hay una norma, cada uno traza su línea y procura continuarla sin marearse demasiado... Y por eso decidí asociar esa palabra a mi proyecto.
Háblanos de tu relación con el vino: ¿te sirve de inspiración?, ¿cuáles son los vinos de tu vida?...
P or supuesto que el vino ayuda a componer. Y a partir de la segunda copa, más [risas]. El vino es un elemento que da paz. ¿Por qué siempre que quieres tener una conversación importante con alguien hay delante una copa de vino? Te ordenas, te ayuda a relajarte. Yo empecé a conocer el vino y a disfrutarlo con vinos murcianos: Casa de la Ermita, que es riquísimo, Juan Gil... Inevitablemente, siguen siendo mis favoritos, fueron el origen. Al final también lo que te tomas es con quién te lo tomas y cómo te lo cuenta. Yo asocio el vino a estar tranquilo y a gusto.
Y si los comparamos, ¿en qué se parecen una buena canción y un buen vino?
T ienen mucho que ver. Una canción cuando nace es una gran idea, como un vino en su primera fase (antes de que envejezca). Para mí esa inspiración, que es lo que ocurre al principio, es un pequeño porcentaje de lo que va a ser la canción. Después de componer procuro que pase por lo menos un año, donde voy a dar mil vueltas a esa canción, a madurarla, a conocerla; donde va a ir cogiendo solera. Creo que tiene mucho que ver con el vino: el resultado es una canción o un vino que habla con experiencia y está ahí por algo; es así porque tenía que serlo, no por casualidad.
¿Qué recuerdos gastronómicos tienes de tu tierra?, ¿la cocina es una de tus pasiones?
M urcia sabe a una marinera, ¡qué rica! Para mí la gastronomía es la comida que comes de pequeño, la que te recuerda a casa y sabe a gloria, lo que más echaba de menos cuando vine a vivir a Madrid. La solución fue llamar a mi madre, mis tías, mi abuela... ¡y copiar todas sus recetas! Soy muy friki de la cocina murciana: disfruto mucho haciendo zarangollo, paparajotes... Me encanta cocinar, y me sirve para compensar la insatisfacción que se da a veces en la música por no terminar las cosas; el placer de disfrutar algo que se termina y comparte.
Tanto tu carrera como tus platos se fraguan sin prisa. ¿La vida sabe mejor a fuego lento?
S í, a fuego lento las cosas saben mejor, ¡y sabes lo que te comes! La objetividad que te da haber subido cada peldaño poquito a poco te hace disfrutar mucho más: saber dónde estás, quién es la gente que te acompaña. Un equipo valiente que apuesta por un proyecto en el que no hay excesiva prisa en que ocurra nada; todos tenemos una paciencia de serie que nos hace vivirlo todo con tranquilidad. Porque imagina la suerte que es hacer exactamente lo que quieres y que la gente apoye que tú desarrolles tu imaginación: ¡es como si me permitieran ser un niño todo el rato!