- Laura López Altares
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- 2019-07-12 00:00:00
La última película de la directora Marina Seresesky, 'Lo nunca visto', se estrena el 12 de julio, y aborda con humor inteligente dos grandes cuestiones sociales: la despoblación en las zonas rurales y la inmigración.
¿Qué representa 'Lo nunca visto' en tu trayectoria?, ¿cómo ha sido este giro a la 'comedia social'?
Hacer una película siempre es casi milagroso, es tan complicado que significa muchísimo. Yo venía de hacer un drama y tenía muchas ganas de probar con una comedia. Me gusta mucho este género, creo que es muy difícil hacer reír. Para los actores, por ejemplo, es mucho más complicada la comedia. Y sin embargo se considera un género menor, no gana premios. A mí mucha gente me dice: "Te has pasado a la comedia", como diciendo "te has pasado al porno" (risas). Yo quiero experimentarlos todos: terror, ciencia ficción... Estamos aquí para probar.
¿Cómo surgió la inspiración para hacer esta película, que aborda temas tan candentes?
Viene de un estudio que leí para ubicar a los refugiados en toda esa cantidad de pueblos abandonados que hay en España. La sorpresa era que ni la gente de los pueblos quería acogerlos ni los refugiados querían ir a los pueblos: eran profesionales y querían seguir su vida en la ciudad. A partir de ahí empecé a darle vueltas a una historia de dos mundos que intentan entenderse. Creo que la solución está ahí, al alcance de la mano: todo sería muy fácil porque en realidad nos unen muchas más cosas que las que nos separan, pero aun así es imposible.
¿Qué papel crees que juega la viticultura en la revitalización de zonas rurales despobladas?
L a agricultura ha salvado pueblos del olvido. Mucha gente joven ha vuelto a los pueblos después de formarse en viticultura para recuperar esa tradición. La agricultura, la vuelta a los orígenes, a veces salva. Parece que nos va a salvar la tecnología, pero al final nos salva la vuelta a la tierra, a las raíces. Y el tema de la despoblación es un problema olvidado y muy grande, mucho más de lo que parece. A mí me parecía que tratarlo con humor era un riesgo; pero muy interesante, porque las cosas con la comedia llegan mucho más. La risa es un tema muy serio.
¿A qué recuerdos o momentos asocias el vino?, ¿qué significado le das?
Para mí el vino es sinónimo de muchas cosas, pero sobre todo lo asocio a las celebraciones de trabajo (no tanto al proceso creativo): cuando uno termina una función o un día de rodaje, una cena con el equipo con un vino es lo más maravilloso que hay. El reparto de Lo nunca visto ha bebido mucho vino, por ejemplo (risas). Rodamos en Navarra, en un pueblo espectacular del Valle del Roncal, con unos vinos navarros espectaculares. Y en las giras de teatro la cena tras la función es sagrada, mucho más sagrada que todo lo que pasa antes... ¡tomarse un buen vino es casi obligatorio!
¿Crees que el cine puede cambiar nuestra forma de ver el mundo?, ¿el cine salva?
El mundo no, pero sí puede cambiar a una persona… y persona a persona se hace el cambio. Para mí es importante hablar de ciertos temas porque me interesan y creo que son necesarios, pero también es importante hacer una película que guste. Y si puede servir para pensar, mejor. Con que una persona haya pensado, sentido o se haya emocionado con algo que yo haya hecho ya me doy por satisfecha. No pretendo cambiar el mundo, pero sí tengo historias que contar… historias que, sobre todo, emocionen. Creo que donde toca la emoción se abre algo que deja pasar muchas cosas…
Las directoras tenéis una sensibilidad distinta, ¿cuál es vuestra situación en la industria?
Sí que es diferente a la de los hombres, claro. Y somos poquísimas las mujeres que escribimos y dirigimos. La paridad no existe en el cine: no solo somos muy pocas, sino que cobramos menos haciendo lo mismo que los hombres. Y todas las que dirigimos hemos vivido situaciones que no habríamos vivido si fuéramos hombres. Es muy difícil. Se dan pasos, pero todavía queda mucho por hacer, hay una desigualdad tremenda. Es verdad que no solo en el cine, que hay que luchar desde todas partes. Se necesita mucha educación y mucha visibilización del problema.