- Laura López Altares
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- 2019-10-30 00:00:00
El exfutbolista Kike Sola comparte su gran pasión por el vino con cercanía y humildad en las redes sociales, donde miles de seguidores le acompañan en sus andanzas enológicas.
¿De dónde te viene la afición por el vino?, ¿tiene que ver con tus orígenes navarros?
Realmente este mundo me ha gustado desde siempre. Me viene de familia, en mi casa se ha consumido vino toda la vida (tengo recuerdos muy bonitos de mi abuelo relacionados con el vino). Es cierto que soy navarro, y es una tierra muy vinculada al vino, con muchas bodegas. Siento verdadera pasión por este mundo, y la verdad es que ahora estoy muy enganchado. Es muy amplio, inagotable. Cada día aprendes cosas nuevas y me parece mágico. Procuro leer y escuchar mucho… y escaparme a alguna bodega siempre que puedo, que creo que es donde más se aprende.
¿Y qué es lo que más te atrae de este mundo tan bello y complejo?
Todo. Desde el origen, comprender ese viñedo, el método de elaboración de ese vino, cómo se comporta esa uva… y sobre todo el disfrute. Porque el vino es para compartirlo y son emociones. Podría decirte muchísimas cosas, pero es un conjunto. Creo que cuando entiendes el origen de los vinos vas a poder comprenderlos, esa es la magia, y lo que quiero es trasladar eso a la gente joven: que no hay que tener miedo, que a quien le gusta el vino habla el mismo lenguaje –da igual que seas experto o no–. Creo que el vino es para disfrutarlo, para escucharlo.
Tienes miles de seguidores en redes sociales, ¿eres consciente de que es un importante altavoz?
Comparto contenido para que la gente pueda interactuar conmigo. Me gusta contestar a mis seguidores, que me digan: "¡Qué interesante es ese vino!", "gracias por la recomendación", o "tienes que probar esto". Todo lo que hago en redes es por pasión, porque creo que es interesante, por nada más... Al final, abrir una botella de vino es crear una conversación, un diálogo en el que el principal protagonista sea el vino. Empecemos a contar historias, que es lo chulo de todo esto. Creo que hay que comentar de forma sencilla y cercana, de eso se trata. Y también humanizar el mundo del vino.
¿Cómo compatibilizaste tu carrera futbolística con tu gran pasión?
Yo creo que el vino es muy saludable si lo tomas con moderación. Es verdad que los deportistas vivimos de nuestro cuerpo, estamos sometidos a controles muy estrictos… pero somos profesionales, sabemos lo que tenemos que hacer, cuidarnos y ser responsables. Cuando me dedicaba al fútbol profesional, bebía una o dos copas de vino, aunque de cara a los partidos o días de competición sí que bajaba un poquito el ritmo. Pero ahora ya no tengo esa exigencia, ahora me apetece en cualquier momento del día, bebo un poquito más (risas).
Sabemos que es difícil elegir, ¿pero podrías mencionar algún vino, uva o zona predilecta?
Siempre he tenido pasión por los vinos de Rioja, hablan mucho de su origen [Kike fue uno de los conductores del evento Plaza Mayor Rioja, donde presentaron las nuevas indicaciones geográficas de la D.O.]. Me encantan porque comparten estilos muy diversos, se comportan de manera distinta, son diferentes expresiones de un mismo territorio. Y por supuesto hay que valorar lo que ha hecho Rioja durante tantos años: conseguir mantener sus vinos entre los mejores del mundo. Es muy complicado estar arriba del todo, sobrellevar la competencia y la exigencia, que cada vez son mayores.
¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿Hay alguno relacionado con el vino?
El único proyecto que tengo ahora mismo es ver crecer a mi hija porque es lo que más me apasiona, ¡tiene trece meses y estoy veinticuatro horas al día con ella! La verdad es que es un privilegio, voy a disfrutarla todo lo que pueda, esa es mi ilusión. Pero sí que quiero estar vinculado al mundo del vino, por supuesto. Abierto a cualquier proyecto que venga, a escuchar… Me gustaría poder transmitirle a mis amigos y familia, a mi hija cuando sea mayor, ese amor por el vino. Quiero que los míos estén bien, cuidarlos y compartir con ellos todo lo que esté en mi mano.