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Alberto Amarilla: “El vino es el nexo entre la degustación y la palabra”

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  • Laura S. Lara, Foto: Sergio Parra
  • 2023-03-30 00:00:00

Protagoniza junto a India Martínez  'Lorca por Saura', una obra que rinde homenaje al poeta granadino a través de los ojos de una mujer y que fusiona dos de sus grandes pasiones: la poesía y el flamenco.


¿Cómo es interpretar a Federico García Lorca en la época en que vivimos?

Siempre es un placer volver a Federico. La mayoría de los actores de teatro empiezan con sus obras. Es como reencontrarte con un amigo. Pero este es un Lorca diferente porque está interpretado por una mujer de nuestro tiempo. Es una visión contemporánea de su vida, respetando los pasos reales de lo que sucedió, pero al estar ambientada en nuestra época, se unen diferentes disciplinas que hacen que el mensaje llegue al público de una manera más directa. Tanto el mensaje más intelectual como toda su potencia popular a través de las canciones y el baile.


¿Qué emociones transmite un montaje tan singular en el público?
La sensación es la de estar subido a una montaña rusa, tanto para los actores como para los espectadores. Porque la función, de alguna manera, es un formato en sí misma que mezcla, además de diferentes disciplinas como el cine, la música, la fotografía, el baile y la pintura, también diferentes géneros, entre ellos la comedia. Por momentos se produce algo muy divertido y el público se ríe, pero después aparece la melancolía o la ternura... Y hacia el final, un elemento trágico. Es un espectáculo de una belleza tremenda. Un auténtico viaje.


¿Cuál es el mensaje que ofrece al espectador de hoy en día?

El mensaje de la obra tiene que ver con toda una vida dedicada al arte. Es casi como un viaje del héroe en el que pasan todo tipo de cosas, pero al final la sensación que queda es la de preguntarse cómo puede ser que, a un hombre tan majo, que está rodeado de gente tan maja, lo acaben matando. Hay un momento en la obra en la que se dice que han matado el arte, a una persona que ama la belleza. El mensaje final tiene que ver con eso: por qué eliminar la belleza del mundo, estemos o no en guerra. La obra es un canto a la belleza y al arte.


Si tuvieras que elegir, ¿te quedarías con la televisión, el cine o el teatro?

Son formatos diferentes, pero de alguna manera iguales. Para mí el teatro es una carrera de fondo. Vas corriendo y si te caes no pasa nada, no has perdido. Nunca sabes lo que va a pasar. En televisión la distancia a recorrer es menor. Y el cine es una carrera de velocidad. Dicen acción y corten, es muy veloz; puedes repetir, pero tienes que darlo todo en un espacio muy pequeño donde no hay posibilidad de calentar. Me gustan las tres categorías de atletismo en la interpretación. El teatro, eso sí, te enseña a ser más humilde. Sabes que pendes de un hilo y lo perfecto se convierte en enemigo de lo bueno.


¿Encuentras alguna relación entre estas disciplinas artísticas y el vino?

Tiene toda la relación del mundo, al menos en su raíz, porque el teatro nace en Grecia a través de los rituales que se hacían en honor a Dionisio, Baco en la época romana, el dios del vino. Por aquel entonces se realizaban una serie de rituales y danzas populares que más tarde los poetas transcribirían y recitarían, generando la conciencia de drama, el concepto de escenas. El teatro nace de la relación del ser humano con el vino y la gastronomía. De reunirse en torno a la mesa para contar historiar y honrar al dios que permite todo eso.


¿El vino tiene para ti una vertiente cultural? ¿Qué sueles tener en la copa?

Por supuesto, y tiene que ver con esas celebraciones en honor a Dionisio y Baco. El vino, en nuestra cultura cristiana, que es la raíz de Europa, representa un nexo de unión, una celebración. La sangre de Cristo, que se suele decir. Pero más allá de eso, en torno a la mesa, con amigos, disfrutando de una copa de vino, de la gastronomía, ahí aparece la charla, el compartir. La parte cultural del vino es ser ese nexo de unión entre la degustación y la palabra. Yo soy muy de Habla del Silencio, un vino que se hace en Trujillo, en la comarca en la que nació mi padre. Es un vino goloso, afrutado, que me gusta mucho.

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