- Redacción
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- 2001-10-01 00:00:00
Pasear en otoño por el viñedo riojano, de suaves pendientes, con los meandros del río Ebro como vena vital de su enología, y la Sierra Cantabria protegiendo de los duros vientos del Norte, es adentrarse en la historia. Por aquí pasó el Camino de Santiago perlando la ruta Jacobea de hermosas joyas románicas. No hay que olvidar que los monjes benedictinos de Borgoña transitaron por estas tierras trayendo devoción, cepas y conocimientos vitivinícolas. Recorrer hoy las vegas del Ebro puede ser un viaje al pasado vitivinícola de Rioja, y recordar que de aquí nació el primer vino de calidad que Gonzalo de Berceo calificara en justicia de “bon vino”. Viñas, sendas, fuentes, regatos, castillos o ermitas esperan al viajero amante del vino, el canto de los pájaros y la vegetación vestida de otoño.
Datos generales
Duración: 5 horas y 30 minutos.
Distancia: 15,90 kilómetros.
Desnivel máximo: 320 metros.
Interés: monumental y paisajístico.
Firme: camino y pista asfaltada.
Km. 00.00: Salimos de San Vicente bordeando el castillo por su parte este. Poco más adelante cruzamos el Barranco Rueda por un puente que data de mediados del siglo XVIII. Ascendemos por el camino de la derecha y entramos en el dominio de la vid, unos metros más adelante.
Km. 02.20: Llegada a la carretera. Seguimos en dirección a Baños de Ebro, y 400 metros más adelante, nada más cruzar el Puente del Valle, tomamos un camino a la izquierda. Posteriormente, tras el cruce, continuamos por el camino de la derecha, que se interna por una cantera abandonada, la cual bordearemos por su izquierda.
Km. 03.35: El sendero asciende recto dominando el valle y empalma con el camino que nos conduce hasta la Necrópolis de Artajona. Seguimos el camino de la derecha, en dirección este, y, al llegar a una intersección donde hay un chozo, giramos hacia la izquierda y continuamos en línea recta hasta Ábalos por el camino de San Bartolomé.
Km. 05.00: Desde este punto se divisa la ermita de San Roque (200 metros a nuestra derecha) y la ermita de San Bartolomé (200 metros a nuestra izquierda), hoy prácticamente desaparecidas.
Km. 05.80: Llegamos a Ábalos y, tras visitar el pueblo, salimos del mismo bordeando el palacio del Marqués de Legarda y tomamos dirección oeste, hacia Santa María de la Piscina.
Km. 08.17: Llegamos a Santa María de la Piscina, cuyo conjunto lo forman la ermita, los restos del antiguo poblado primitivo de Peciña (Picinia) y su necrópolis. De aquí seguimos por camino asfaltado hasta el cruce con la carretera de Peciña, y antes de llegar a la aldea, debemos desviamos a la izquierda para contemplar el Dolmen de la Cascaja.
Km. 09.60: Llegamos a Peciña y, tras visitar la iglesia de San Martín, tomaremos hacia el este, por el camino del Romeral, que nos conduce al término de San Andrés.
Km. 12.30: Llegamos a un cobertizo que luce en su parte superior una lápida con cruz cristiana y debemos ascender por las rocas colindantes para contemplar la gran Necrópolis de Hornillos, que cuenta con una antigua ermita y con dos lagares rupestres.
Km. 14.00: Volvemos sobre nuestros pasos y tomamos el camino que nos lleva a la ermita de San Martín. Desde este punto, nos dirigimos hacia la carretera. Una vez en ella, la continuamos unos 200 metros y nos desviamos hacia la izquierda por el camino que domina el Barranco Rueda de Toloño, desde el cual se aprecian varios chozos de distintos tipos.
Km. 15.90: Entramos en San Vicente de la Sonsierra.
Fuente: “La Prensa del Rioja”.