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Viaje a través de un siglo

  • Redacción
  • 2010-09-01 00:00:00

Mientras muchas bodegas, modernas o clásicas, acomodan sus instalaciones para acoger la creciente práctica del enoturismo, Franco Españolas mantiene su actividad secular. Entre muchas visitas ilustres, por allí pasó hace más de cien años Alfonso XIII. Y día a día su situación estratégica la convierte en hito del Camino de Santiago. La elegante arquitectura de la bodega es un reclamo que se contempla desde pleno centro de Logroño. Una herencia, como el propio nombre o como el estilo de sus vinos, de la historia que la vio nacer, de una sociedad participada entre franceses y españoles en los tiempos en que la filoxera arrasó el viñedo galo. En 1890 Frederick Anglade, de la firma Anglade de Burdeos, constituye la empresa junto a consejeros de relumbrón, como el Conde de Romanones o el de Venancourt. Con excelente visión, construyeron el edificio al otro lado del Ebro, frente al Puente de Piedra y el de Hierro, por entonces recién inaugurado y que se convertiría con el paso del tiempo en una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad. Ese punto era, y sigue siendo, parada obligada de los peregrinos que recorren el Camino Francés, la vía navarra del Camino de Santiago. Hasta el punto de que aquel grito de “ya vienen los peregrinos con su bordón” dio nombre a uno de los vinos estrella de la casa, el Rioja Bordón. Por cierto, bordón es ni más ni menos que un alto bastón o cayado, del tamaño de quien lo empuña y, en otra acepción, la persona que guía y sostiene a otra. Ambas se entremezclan en ese palo enjaezado en el que los caminantes apoyan sus fatigas. Y, en sentido figurado, también se podría aplicar al trago de ese clásico tinto riojano por estimular la energía y hacer olvidar el cansancio. En recuerdo de esa tradición durante este Año Jacobeo los peregrinos gozan de condiciones especiales para visitar la bodega. Vinos: eternos pero no inmutables Bordón nació con el estilo bordelés que dominaban y defendían los fundadores, ese que en estas latitudes cincelaría el estilo Rioja, la guarda en barrica que aquellos franceses impusieron. Bordón es Crianza, Reserva y Gran Reserva. El crianza, una equilibrada y alegre combinación de Tempranillo y Garnacha, suave al paladar y en nariz con delicadas notas de vainilla. El Reserva amalgama el trío estrella de Rioja: Tempranillo, Garnacha y Mazuelo acunados durante dos años en roble americano con una deliciosa intensidad de notas balsámicas y especiadas. El Bordón Gran Reserva incorpora además la seriedad de la uva Graciano y se cría a lo largo de 36 meses, hasta pulir los taninos y conseguir en la copa metálicos tonos teja, terciopelo en boca y la profundidad de tabaco y cuero en nariz. Junto a este tinto que creó escuela nació un blanco inconfundible, un delicado dulce natural, brillante como su nombre, Diamante, que si en los comienzos buscaba reminiscencias de Sauternes con el tiempo ha desarrollado personalidad propia. Se elabora con Viura y Malvasía que se vendimian a mano en las horas frescas del día, y con maceración larga a baja temperatura de forma que consigue capturar una explosión aromática de flores y frutas exóticas. Su nueva imagen de botella esbelta y estuche plateado es además un regalo para la vista. Arte y cata La cata de esos vinos históricos y de la estrella de gama alta, como es el Barón de Anglade, es la guinda de la visita más completa, un recorrido por la elegancia de la arquitectura industrial y funcional conservada desde 1890 en muros de piedra, pasadizos curvilíneos y gigantes tinos de madera; por las naves vestidas con la tecnología actual precisa, por el silencio en que reposan 17.000 barricas, sólo roto, y apenas, por las constantes trasiegas, el trabajo eficaz de una maquinaria capaz de dejar impecables 300 barricas al día. La bodega acoge visitas todos los días, a diferentes horas y con distintos formatos y duración, desde aproximadamente hora y media de recorrido hasta catas de distintos niveles, incluso una comentada de cinco vinos para quienes ya conocen la bodega. Y a lo largo de todo el verano y hasta entrado el otoño, en colaboración con Turismo de Logroño, se salpica un programa de músicas del mundo bajo el título genérico de Catarsis. Nueva vida que vibra, como el nuevo vino, entre los viejos muros. Franco Españolas C/ Cabo Noval, 2 26006 Logroño (La Rioja) Tel. 941 251 300 visitas@francoespañolas.com enoturismo@francoespañolas.com www.gfrancoespañolas.com

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