- Redacción
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- 2007-12-01 00:00:00
Si Galicia se conserva como un álbum de la naturaleza en todo su esplendor, las comarcas interiores, como Valdeorras, suponen un viaje al pasado. Desde las lagunas glaciares hacia las más altas cimas de la región, fiestas ancestrales, bosques autóctonos y soleados viñedos recuperados, de elegante Godello y rotunda Mencía. A la busca del tiempo perdido. La entrada a la comarca orensana de Valdeorras es dramática, con el símbolo de Montefurado donde los romanos y su ingenio minero perforaron la montaña junto al cañón del río Sil con un túnel capaz de dibujar un nuevo cauce y que el agua depositara allí su riquezas doradas. Poco más allá O Barco y todo Valdeoras es de color negro, de pizarra purísima, que a base de exportación y construcción ha producido tanta riqueza como el mismo oro. Pizarra que da a los vinos, a la pálida y delicada Godello, una inconfundible elegancia mineral. Para darlos a conocer, para profundizar en sus vinos nació la Asociación de Adegas de Valdeorras, que ha marcado una descubridora y deliciosa ruta enoturística. El grupo surgió en el año 2003, lo dirige, con la pasión de su amor a la tierra y a sus vinos, una enóloga tan activa y entusiasta como es Cristina Murga, y cuenta con 21 bodegas que desde el primer momento impulsaron el proyecto, abrieron sus puertas a los visitantes, están promoviendo una práctica señalización de la zona distribuida en tres rutas: Guigurri, Pompeio y Via Nova, y han acuñado un acertado e ingenioso lema: Bienvenidos a Valdeorras, donde el vino sabe latín. Altas cimas y aguas profundas El clima de esta Galicia interior combina la influencia atlántica con rasgos continentales, y aunque disfruta de muchas horas de sol, también las precipitaciones de agua son abundantes. Los valles fértiles, la riqueza minera de sus montañas y su ubicación en una de las entradas naturales a Galicia, facilitaron su poblamiento desde antiguo, una larga historia y una interesante arquitectura. Puesto que las bodegas no disponen de alojamiento, la parada y fonda puede realizarse en uno de los centros neurálgicos de la región, en O Barco, en el castro alto con vista al pueblo, donde se alzó el Pazo do Castro, un hotel acogedor y bello, con un delicioso Spa y restaurante con especialidades locales, sopa de trucha o el botelo, padre de todos los embutidos, que mete en tripa costillas adobadas y toda la enjundia y el sabor del cerdo. El paisaje de Valdeorras es recóndito y misterioso. A sus intrincadas corredoiras apenas llega el sol que filtran los castaños, y en cada recodo espera un recuerdo romano, una ermita románica, una aldea inesperada o un claro donde el sol se mece sobre un plano de agua mansa. En Valdeorras está el techo de Galicia, Peña Trevinca, a 2.127 m de altitud, y la única estación de esquí, Cabeza de Manzaneda. El variado paisaje es una invitación permanente al paseo, el deporte y la pura contemplación. Las Serras de Cereixido, dos Cabalos y Encina da Lastra son espacios naturales protegidos y constituyen un paraíso vegetal y ornitológico. Pero más que las sierras, es el embalse el que confiere al paisaje su peculiaridad. Anegó una de las mejores zonas de producción hortícola, pero contribuyó a que actualmente sea una valiosa reserva natural con más de 600 especies de arbustos donde se refugia todo tipo de aves migratorias. La zona conserva restos prehistóricos, las mámoas de Roblido, los petroglifos de A Rúa Vella, los castros de Vilela, A Rúa Vella, o Castrillón, en Fontei. En A Rúa, otra de las villas centrales, se conservan los mosaicos romanos de A Cigarrosa, la lápida que cuenta el currículum militar del valdeorrés Lucio Pompeio, y el puente por donde discurría la Vía Nova del imperio. Rubiá, a caballo entre el reino de León y Galicia, fue dominio en el Medievo, con monasterios como San Pedro de Montes y Carracedo, y casas nobles como las de los Condes de Lemos y Ribadavia, O Mosteiro de San Miguel de Xagoaza, restaurado, es un conjunto medieval de los siglos XII-XIII, hoy convertido en un espacio cultural de primera línea, Una histórica denominación Aquí nació la actual imagen de la famosa uva Godello y de algunos de los mejores vinos blancos de España. Por la baja edad media había aquí vino, imprescindible para consagrar. Pero poco a poco las plagas minaron la Godello, uva delicada, de la que apenas se conservó el 5% de una plantación en la que cabían híbridos y uvas foráneas más resistentes. Un joven ingeniero de campo, Horacio Fernández, se empeñó en los años 70 en la defensa de esa uva noble que se ha encumbrado en la D.O. El territorio de la D.O ocupa gran parte de la cuenca de los ríos Sil, Zares y Bibei, en la provincia de Ourense. Linda con la leonesa del Bierzo, con la que comparte similitudes, arrastra tradición vinícola desde épocas romanas, se afianza en el medievo en torno a los monasterios, y toma cuerpo, registrada y documentada, en una de las primeras denominaciones de origen de España, probablemente la más antigua. Como antiguo es O Teixadal uno de los escasos bosques de tejos de la Europa mediterránea y un paraje sobrecogedor, de singular belleza, regado por el arroyo O Penedo, varios metros por debajo de la ladera donde se encuentran los tejos. La grandiosidad del paisaje evidencia de qué manera estas abruptas laderas han protegido a esta pequeña masa forestal y cómo esas cumbres con nieve casi permanente le han proporcionado la humedad y el frescor que han sido determinantes para que este bosque de tejos haya podido llegar intacto hasta nuestros días. Cuando cae la tarde, en los paseos urbanos, en los malecones junto al agua de A Rúa y O Barco, se saludan los vecinos, sin prisa y contemplando la ribera, aún si cabe más apreciada en esta Galicia interior, en la playa fluvial de Los Franceses en A Veiga, o desde tantos puentes mágicos, paso secular de peregrinos. Y cuando la noche llega, es el momento de sentarse a la mesa, descorchar unas botellas sacadas del fresco, y degustar con calma esas copas que a lo largo del día, en las descubridoras catas de las bodegas, son un aperitivo y una tentación. Valdeorras es un pequeño territorio, pero tan pleno, tan cuajado de atractivos y memoria, que no tiene fin. Las rutas por las bodegas de Valdeorras son una muestra de un sector en auge, en potente desarrollo, donde se combinan 21 modelos, desde pequeñas «adegas» familiares con la viña en torno a la casa, botelleros como palomares o como ancestrales cuevas, hasta las elaboraciones más vanguardistas y las marcas exportadoras. El Castro de O Barco, los campanarios de A Rúa y las seculares piedras talladas pueden ser el reposo del viajero. Asociación Adegas de Valdeorras Praza Míguez Freire, nº1 - 2º 32350 - A Rúa. Ourense. Teléfono/Fax: +34 988 310 047 info@adegasdevaldeorras.com www.adegasdevaldeorras.com Consejo regulador de Valdeorras Ctra. N-120 - KM 463 32340 Villamartín de Valdeorras (Ourense) Tel.988 477 200 Fax. 988 477 201 www.dovaldeorras.com Donde Comer Paladium Complejo Hostelero Paladium Valdegodos Vilamartin de Valdeorras Tel 988 336 801 El Ciervo de Xares A Veiga Tel. 988 294 878 Donde dormir Pazo do Castro Hotel-Restaurante O Barco de Valdeorras (Ourense) Tel.: 988 347 423 www. pazodocastro.com Hotel El Ciervo de Zares Estrada Ponte, s/n A Veiga (Ourense) Tel.: 988 350 237 www.esgalicia.com Visitas imprescindibles Peña Trevinca, Parque Natural Serra da Enciña da Lastra, Cañones del Sil y del Bibei, Montefurado, Museo Etnográfico de Vilariño de Conso, Rede de Museos Etnográficos da Veiga, Museo de O Bolo.