- Redacción
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- 2017-09-11 10:23:56
De siempre esta uva potente y resistente se ha considerado hermana, o más bien madre, de la Mourvedre francesa. Hoy está cuestionado el parentesco genético pero lo que ya no admite discusión es su calidad, su poderío como protagonista de grandes vinos, jugosos, con intensos aromas a ciruela, fresa, cereza… que enamoran en todo el mundo.
L a Monastrell reina en el Levante, sobre todo en las tres denominaciones de origen murcianas –Jumilla, Bullas y Yecla– y sus aledaños levantinos de Valencia y Alicante, o manchegos de Almansa y Manchuela.
Es una región vinícola cargada de historia, de hecho parece probado que por aquella costa entró en España la primera cepa, venida del Mediterráneo oriental, desde su cuna, Mesopotamia. Ahí arraigaron y, con ayuda de un sol inclemente, han venido produciendo secularmente tintos sobremaduros, alcohólicos, robustos y corpulentos que siglos atrás se revistieron de fama y que hasta hace no mucho, elaborados generalmente en cooperativas, propiciaron comercio y exportación a granel. Vinos que viajaban no solo para calmar la sed, sino –más o menos de extranjis– para alimentar el grado y el color de los vinos otras muchas zonas.
Las características del suelo y el clima de la zona, con lluvias escasas (menos de 300 mm/año), inviernos gélidos y veranos tórridos, permite y aun propicia que el cultivo sea ecológico, según los protocolos del Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Murcia. Esto es ya el presente, donde Casa de la Ermita, una bodega dinámica y concienciada con la naturaleza fue pionera en producir en el Valle del Carche el primer vino ecológico certificado de la D.O. Jumilla.
Aunque el pionero del cambio seguramente había sido un vecino de Yecla, el primer valedor moderno y el visionario de la Monastrell: Ramón Castaño Santa, un bodeguero ya maduro al que más tarde se sumaron sus hijos: Ramón, Juan Pedro y Daniel. Con talante iconoclasta se independizó de la rutina familiar de cuatro generaciones de vinateros y de las tradiciones locales para montar su propia bodega allá por 1950. Y en los años ochenta se lanzó a la aventura de embotellar con su marca. Ha sido el detonante capaz de despertar de su profundo sueño a su zona, la Murcia interior, la Denominación de Origen Yecla, así como a la vecina Jumilla, donde elabora Altos del Cuadrado, y a Alicante, el desierto en estado puro donde se asienta Sierra Salinas. La revolución de Ramón Castaño –profeta en su tierra y de su tierra, ha situado a Yecla y a la uva Monastrell en el podio del vino internacional.
Precisamente en algún certamen internacional estos modernos Monastrell se calificaron como “el nuevo vino del viejo mundo”. Realmente viejo. No hay más que recorrer los cortados de Sierra Arabí, por encima de la última línea de cepas, para descubrir un catálogo de signos prehistóricos, de pinturas rupestres de épocas bien diferenciadas, de memoria del mundo ibero y de la historia de esta región que ha sido encrucijada de caminos y culturas.
Cuestión de fe
En la vecina D.O. Jumilla, que se extiende entre Murcia y Albacete, el hito histórico es otra familia que también ha heredado tradición vitivinícola a lo largo de cinco generaciones. García Carrión tuvo el valor de aceptar el reto de la cantidad, de las cifras estratosféricas capaces de hacer llegar la uva local al último rincón del globo con el reclamo del precio competitivo. Y claro, la cantidad permite variedad y selección, de modo que, poco a poco, entre sus elaboraciones, vieron la luz etiquetas de calidad reconocidas dentro y fuera de nuestras fronteras.
El secreto del éxito está en el equilibrio de potencia y refinamiento, tanto en vinos jóvenes como en la cuidada crianza en la que se esmeran actualmente prácticamente todas las bodegas de la zona, con ejemplos memorables como Casa Castillo, de José María Sánchez; el Príncipe de Salinas de esa bodega mitad milagro, mitad capricho que es Gutiérrez de la Vega; el Juan Gil de 4, 12 o 18 meses; el Casa Cisca procedente de viñas viejas en altura de Castaño; Estrecho, de Enrique Mendoza; La Máquina, de Daniel Alba; MachoMan, de Casa Rojo, Lavia de MGWines... y tantos otros. Incluso representantes de la inteligente evolución de las cooperativas, como el Premium de La Purísima; Las Reñas o el 3.000 Años, de la Cooperativa del Rosario; el Genus Roble de la Bodega San Isidro o el Monastrell Señorío de Fuenteálamo de la albacetense San Dionisio.
El otro secreto ha sido la fe. La confianza de los protagonistas con nombre y apellido en que esta uva, en esta geografía dura, bajo ese cielo avaro, podía subir a los altares del gusto. Así, las jóvenes generaciones de las viejas familias han dado un vuelco al cuidado de la viticultura y a la inversión en enología, tanto en técnica y conocimiento como, incluso, en el mimo estético de la bodegas restauradas o de nueva planta, ejemplo de eficacia y de estética.
La familia Candela hacía vino desde el primer cuarto del siglo pasado y el último año antes del 2000 estrenó la magnífica bodega Barahonda para embotellarlos y para mostrarlos con orgullo a los enoturistas que acoge en su precioso restaurante. Así nacieron joyitas como el joven Evo, el Zona Zepa o el Summum.
En el caso de los Pacheco han pasado del abuelo y el padre a Elena y Emi con cambio de nombre incluido (antes era Bodegas Pacheco, hoy es Viña Elena). Han evolucionado tecnológicamente, aunque sin perder el respeto por la herencia y la tradición familiar, y también apuestan por acoger a los visitantes para mostrarles la realidad de sus viñas y sus vinos.
En Casa Castillo, fue el nieto quien se empeñó a finales del siglo xx en elaborar por separado las cepas de La Solana que su abuelo había plantado a pelo poco después de la Guerra Civil. Así nació su esmerado y alabado Pie Franco.
Los Abellán, de Carchelo, también pueden presumir de su labor por el reconocimiento de los de vinos de Jumilla mucho antes del boom internacional, de haber regresado al campo, a su tierra y su vino, con el bagaje de conocimiento y la preparación de estas nuevas generaciones.
Alceño, de la familia Bastida, fue la primera bodega comercializadora de Jumilla y mantiene una herencia fechada en 1870, un pasado al que han sabido sacar brillo.
Y otro tanto los Fernández –Pepi y sus hermanos– en La Balcona, Chico de Guzmán en Tercia de Ulea o Ignacio Hidalgo, que además de la Bodega Carrascalejo heredó el titulo familiar de Marqués de Pidal. O Julián Lopez Lizán, con su Bodega Torrecastillo en Montealegre, en la que derrocha técnica y pasión otro de los nombres punteros de la zona, el enólogo Juan Huerta, que es también director técnico de Agro Almansa y un histórico paladín de la Monastrell.
Otros vinieron de fuera, pero lo suyo fue amor a primera vista, como Murviedro; David Tofterup, de Bodegas Trenza; Hammeken Cellars; Rafael Cambra en Valencia o el francés Sebastián Boudon en Lavia, en la D.O. Bullas.
Cielo, tierra, gentes
Los caminos de la Monastrell son un regalo para los sentidos y para los sentimientos. Esta tierra fronteriza está viva, quizá más que nunca, y el mejor momento para descubrirla es este, en torno a la vendimia, cuando cada señal del cielo provoca una inquietud que se trasmite como un tam-tam de viña en viña, de bodega en bodega: alguien ha visto una nube por allá, en no-sé-dónde han caído unas gotas, dice el hombre del tiempo que... Y todo se pone en marcha.
Es tiempo de visitar los arrozales vecinos, de escuchar los pájaros golosos que amenazan los racimos maduros, de subir a los castillos y después refugiarse del sol en los curiosos Museos del Vino. Tiempo de sentarse en la plaza o en el bar, donde no se habla de otra cosa, y disfrutar descubriendo las palabras antiguas, los platos de siempre y los vinos nuevos. Es tiempo de refugiarse en todos esos que tienen tanto que aún por decir...
COMER EN EL REINO DE LA MONASTRELL
Y para refugiarse, qué mejor que en un mantel en esta frontera entre la meseta y el Mediterráneo, la cuna de unos de los mejores arroces de este país, los de la D.O. Calasparra, y eso, por supuesto, se demuestra en la mesa. Arroces de campo, de interior, acompañados de caza, aves, cerdo y chacinas, caracoles y conejo de monte o simples verduras de cada temporada que salpican de color la paella o el caldero e inundan de aroma el espacio. Como esas recónditas exquisiteces que son los pimientos de la Ñora o los paparajotes: hojas de cítricos rebozadas y fritas, como último bocadito perfumado del menú.
Comer en el reino de la Monastrell supone hacer parada y fonda en algunos de sus restaurantes más emblemáticos:
El Olivar
Carretera de Caravaca, 50. Moratalla. Tel. 968 72 40 54
Es más que un restaurante: una experiencia gastronómica a la que convoca como oficiante Firo Vázquez, uno de los mayores expertos en aceites de este país. Precioso y acogedor, sorprendente en cocina y detalles.
Barahonda
Carretera Pinoso Km.3. 30510 Yecla. Tel. 968 71 86 96
Es una magnifica bodega que ha entendido el concepto global de enoturismo y no escatima detalles. La elegante arquitectura, la vista espléndida al viñedo, los espacios y, por supuesto la carta, con materia prima de altura como cordero, foie, como alto, o anguila y el ingenio y el cuidado de un chef como Christian. Muy recomendable siempre el menú largo.
Loreto
Canalejas, 73. Jumilla. Tel. 968 78 03 60
Es un equipo joven el que ha hecho revitalizar este histórico local vestido con aire romántico y coqueto. Destaca su cuidado por los vinos e incluso la sorpresa de que elaboran algunas de sus bebidas como la cerveza artesanal o la sidra de pera.
Duque de Lerma
Rambleta del Convento. Jumilla. Tel. 968 784 121
Imprescindible para conocer la gastronomía popular de la región, el queso frito en dados, el cabrito, el arroz con conejo y las tapas de toda la vida.
Casa del Omo
Diseminado Paraje La Hoya, s/n. Jumilla. Tel. 650 76 07 32.
Hotelito rural en una finca de labor. Sencillo pero coqueto y cuidado y con unos arroces caseros estupendos.
Entretiempos
Plaza Teniente Flomesta. Bullas. Tel. 636 065 722
Es una vinoteca encantadora, con terraza y tapas y platos que alternan lo popular y lo creativo.
Monastrell
Paseo Marítimo. Av. Guillén Tato, 1. Alicante. Tel. 965 126 640. www.monastrell.com
Ya el nombre homenajea a la uva protagonista de esta zona. Al frente de los fogones nos encontramos con una mujer, María José San Román, que desde 2013 defiende con finura, elegancia y tesón su primera Estrella Michelín. El arroz es la estrella de la casa junto con una carta de producto, de mar y montaña, que salpica creatividad y buena mano en un recetario tradicional renovado. Al frente de la bodega se encuentra nuestra compañera, Nuria España, miembro del equipo de cata de MiVino.
NUESTRA SELECCIÓN DE VINOS DE MONASTRELL
Juan Gil Etiqueta Plata 2015
Bodegas Juan Gil
D.O.P. Jumilla
Monastrell
14ºC | Quesos | 7-10 €
Procedente de viñedos viejos poco productivos plantados en terrenos muy pobres de naturaleza caliza y textura pedregosa. Posee una gran franqueza en nariz donde nos enseña notas de higos maduros y ciruelas, detalles balsámicos y de monte mediterráneo (jara). Profundo, licoroso, equilibrado, sabroso y pura seda en boca. El toque abocado que completa un recorrido pleno en amabilidad.
Machoman 2016
Casa Rojo
D.O.P. Jumilla
Monastrell
14ºC | Aves | 15-20 €
El viñedo se encuentra en el paraje de La Raja, entre la Sierra de El Carche y La Pila. Muestra una versión fresca de la variedad donde estacan las notas de esparto sobre un fondo de finas hierbas y fruta negra madura. En boca es muy equilibrado y su buena acidez nos deja un recorrido vivo, de tanino fino, carnoso y fluido. Al final se agradecen los recuerdos de flores y el buen amargor que nos invita a otro trago.
Casa Castillo Pie Franco 2015
Bodega Casa Castillo
D.O.P. Jumilla
Monastrell
16ºC | Carne Roja | > 20 €
Es excepcional a la hora de mostrar la esencia del terreno y de las viñas viejas de pie franco de la parcela La Solana ubicada cerca de la Sierra del Molar. La delicadeza y la complejidad aromática es el hilo conductor de un vino de una gran finura. Es floral, con detalles de fruta confitada, minerales y un fondo de la crianza perfectamente integrado. En boca es amable, sabroso, fresco y muy elegante.
Gémina Cuvée Selección 2015
Bodegas BSI
D.O.P. Jumilla
Monastrell
10ºC | Pescados | 7-10 €
Estamos ante la bodega que posee mayor número de hectáreas de Monastrell en pie franco del mundo. Ha sido elaborado con esas uvas tan especiales que preservan la esencia de la uva. Es un vino aromático, con buena concentración y un buen entendimiento entre los detalles de fruta negra y los tostados del roble. Noble en boca, cálido, de tanino serio y final con matices minerales y torrefactos.
Lavia+ 2014
Bodegas Lavia
D.O.P. Bullas
Monastrell
14ºC | Carne blanca | 10-15 €
Elaborado a partir de viñas con más de 40 años de edad. Los aromas de fruta madura (ciruela, moras) va acompañada de matices balsámicos y especiados. Al fondo matices florales. Es virutosa la utilización de la barrica porque no destaca sobre el corazón frutal del vino. En boca tiene raza por su carácter silvestre y su paso licoroso. El tanino sin embargo da amplitud al recorrido con mucha nobleza.
Estrecho 2014
Bodegas Enrique Mendoza
D.O.P. Alicante
Monastrell
16ºC | Aves | > 20 €
Procede de las uvas del paraje Estrecho de Pipa ubicado a 700 metros de altitud plantadas en un terreno arenoso muy pobre. Sensacional expresión de la uva donde la elegancia en aromas marcan la personalidad del vino. Notas de retama, tomillo, higos, ciruelas, praliné y tapenade. Sedoso al tacto, tanino noble, fruta confitada en el recorrido y final delicioso con toques minerales y detalles florales.
Alceño Dulce 2014
Bodegas Alceño
D.O.P. Jumilla
Monastrell
10ºC | Quesos | 10-15 €
Intenso en nariz con aromas de gran interés. Nos deja notas de hierbas de monte, fruta negra madura (ciruela, brevas), algún encurtido y un fondo de madera antigua que recuerda a las cajas de puros. Es suave en su entrada, mantiene la frescura en el recorrido y la estructura sostiene un posgusto persistente en el que aparecen detalles melosos, de fruta confitada y frutos secos.
Niño de las Uvas 2016
Bodegas del Rosario
D.O.P. Bullas
85% Monastrell, 15% Syrah
14ºC | Platos especiados | 4-7 €
En este caso la elaboración cuenta con un pequeño porcentaje de Syrah que aporta sus matices florales y de fruta negra, pero que conjuga bien con el carácter mediterráneo del vino. En esencia es frutal (ciruelas, arándanos) donde la barrica cede detalles especiados. En el paladar conserva buena acidez, una amable sensación carnosa y un final marcado por un leve amargor.
Muri Veteres 2016
Bodegas Carchelo
D.O.P. Jumilla
Monastrell
16ºC | Aves | > 20 €
Tenemos la suerte de poder catar el nuevo proyecto de esta casa en el que la Monastrell nos enseña su amabilidad. Una buena maduración de la uva nos regala detalles de monte, fruta negra en licor, cacao y una barrica de calidad con multitud de matices especiados que con el tiempo adquirirá complejidad. Paladar concentrado, sabroso, fresco y con un tanino noble bien equilibrado.
Pasión de Monastrell 2015
Bodega Sierra Norte
D.O.P. Alicante
Monastrell
14ºC | Carne Roja | 7-10 €
Los 700 metros de altura del paraje de Raspay, hacen que se conserve la frescura frutal en nariz en forma de detalles de ciruelas y arándanos con los aromas de la barrica bien definidos y correctamente dispuestos. El recorrido en boca está marcado por una buena estructura sobre la que se aprecian un buen número de matices bien conjuntados (especias, fruta negra, mentolados, tostados).
Barahonda Summun 2015
Señorío de Barahonda
D.O.P. Yecla
Monastrell
14ºC | Platos especiados | 4-7 €
La familia Candela, tras varias generaciones dedicadas al vino, nos ofrece una elaboración con personalidad. Destacan los aromas de fruta negra confitada, flores, detalles minerales, y una barrica delicada y bien integrada. En boca es carnoso, amplio, envolvente, fresco. Al final queda un amable juego entre los detalles de la crianza (tostados, frutos secos) y la calidez de la fruta negra en licor.