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Nuestro país oculta un excitante mapa secreto: trazado entre senderos de ceniza volcánica, azotado por vientos salinos, hundido en tierras salvajes, guardián de leyendas ancestrales. Late a otro ritmo, más pausado, y la vida sabe más intensa para quien tiene el valor de dejarse atrapar en sus caminos. Este itinerario a través de los planes enológico-festivos más fascinantes de julio y agosto propone degustar vinos a ritmo de jazz y armonías afrodisiacas, disfrutar de cenas que aúllan a la luna llena, descansar en hoteles de lujo en pleno viñedo, catar surcando el Mediterráneo o bailar hasta el amanecer.
"N o sabía adónde ir, excepto a todas partes”. Es una de las frases más icónicas de En el camino, de Jack Kerouac, y prácticamente un himno: a la libertad, al inconformismo, al aprendizaje de uno mismo a través del viaje. Hay quien viaja para encontrarse, hay quien viaja para olvidar (se)… pero, ante todo, el viaje brinda la posibilidad de vivir con una intensidad inusitada. Y eso es exactamente lo que os proponemos en este reportaje: que viváis el vino como nunca antes, que recorráis algunos de los destinos enoturísticos más atractivos de España dispuestos a dejaros llevar para sentirlos de verdad.
Nuestro On the road vinícola particular pasa por salvajes acantilados, cuevas ancestrales, noches de astronomía, música junto al mar, hoteles de lujo entre viñas, conciertos en bodegas, degustaciones a ritmo de jazz, senderos que se abren paso a través de cenizas volcánicas, catas armonizadas con poesía... El verano abre un mundo de posibilidades vinícolas para gozar con calma, a medio camino entre la exuberancia primaveral y la vertiginosa actividad del otoño.
Galicia: vértigo y sal
Empezamos nuestro viaje a las orillas del río Sil, en un territorio de extremos: Valdeorras –al noreste de Ourense– tiene la serenidad del fértil valle y la indomable belleza de unos viñedos atraídos por el precipicio. La Mencía y la Godello reinan en este bastión atlántico con una singularidad alimentada por la variedad de sus suelos y un clima peculiar.
El verano es una de las mejores épocas para adentrarse en esta hermosa comarca, cuyos expresivos vinos hablan de su propia historia; de la generosidad de la tierra. En el SilFest Valdeorras (del 19 al 21 de julio) lo hacen acompañados de conciertos de pop indie como el de Nunatak–que se definen como "naturaleza, viento y fuego"–, poesía, gastronomía, películas al aire libre...
Otra cita vinícola tener en cuenta es La Velada de los Sentidos de Godeval, que el 7 de julio convertirá los viñedos de la bodega valdeorresa en el escenario de un concierto de jazz muy especial: el que dará la cantante gallega Loli Nogueira.
En la cercana localidad de Vilamartín de Valdeorras se celebra una de las fiestas más concurridas de la zona: la Festa das Covas –el pueblo está salpicado por pintorescas chimeneas por las que respiran estas cuevas centenarias excavadas en la roca de la montaña–, que el año pasado recibió a 5.000 visitantes de toda España. El 4 de agosto abrirán sus puertas unas 60 covas, a las que se puede acceder con la entrada de la fiesta, que incluye un mapa, una taza de barro y un pañuelo identificativo. Además del vino de cada cova, los visitantes podrán degustar bocados típicos de la zona: empanada, quesos o bica –un esponjoso bizcocho casero–. Pepe Simón, presidente de la Asociación de Coveiros de Vilamartín, habla con orgullo de esta fiesta: "Siempre hay un ambiente buenísimo. Hay que vivirlo".
La Ribeira Sacra –entre Ourense y Lugo–, con ese inconfundible paisaje salvaje esculpido por los cañones del Sil y el Miño, también posee la belleza indómita de la naturaleza que impone su ley, y sus vinos se contagian de la vitalidad y el vértigo de una tierra de leyenda.
Los días 6, 7 y 8 de julio celebran la segunda edición del Festival do Viño da Ribeira Sacra con diferentes actividades impregnadas de magnético y heroico vino: música, gastronomía, artesanía, rutas... Además, entre el 27 y el 29 de julio tendrá lugar el 17º Festival Ribeira Sacra, una singular cita musical que aúna actuaciones –de Coque Malla, Woods o Mujeres– diurnas y nocturnas, vino, gastronomía y patrimonio en un paraje excepcional. Entre las actividades paralelas hay catas-concierto, menús armonizados o talleres de coctelería en algunas de las bodegas más emblemáticas de la región.
En Ribeiro –al noroeste de Ourense– nos encontramos con una de las denominaciones de origen más antiguas de España, que forja su carácter único en la confluencia de los valles formados por los ríos Miño, Avia y Arnoia. Sus vinos protagonizan uno de los festivales más divertidos del verano: el Son de Viño (14 de julio), en la playa de la Barrosa de O Grove. La cumbia gallega, el blues, el son, el rock&roll o la tropicalia lisérgica se fundirán con el ruido de las olas y la sal del bravo Atlántico.
Los aromas también salinos de las Rías Baixas –sur de A Coruña y Pontevedra– se perciben con especial intensidad en la seductora Cambados, que cada agosto se convierte en la capital mundial del Albariño. La LXVI edición de la Festa do Albariño (del 1 al 5 de agosto) llenará de música, vino y sabrosa comida las calles de esta villa marinera, antaño protegida de las invasiones vikingas por la Torre de San Sadurniño y cuyo atlántico corazón late a ritmo de son marino en la lonja. Cuenta con un imponente refugio para descansar de la vorágine festiva: el Parador Nacional do Albariño.
Y antes de poner rumbo a tierras mediterráneas, proponemos un plan irrechazable para los deportistas curiosos: la Carrera de Albarei (15 de julio), con esos 13,5 kilómetros de impresionantes parajes que separan la bodega Condes de Albarei de la bodega Pazo Baión y que conmemora los 30 años de la fundación de Condes de Albarei y los 10 de la adquisición de Pazo Baión, que se ha convertido en un importante centro enoturístico.
Cataluña: viento mediterráneo
La impetuosa Tramontana, ese viento que agita e inspira, azota traviesa el Empordà, en el extremo nororiental de Cataluña (decía el escritor Pere Coromines que "el ampurdanés la teme porque todavía es más franca y más valiente que él, mas al cabo de tiempo de no oírla cantar alegre y alocada, oprimido por la niebla y la angustia, la desea y la añora"). Esta tierra de contrastes, con los Pirineos al norte y rodeada por la Costa Brava, es otra de las sugerentes paradas de nuestro On the road vinícola.
El Festival Sons del Món –del 6 de julio al 4 de agosto– pondrá banda sonora al verano ampurdanés con conciertos de artistas nacionales e internacionales armonizados con vinos de la D.O. Empordà: el del pianista y compositor Michel Nyman con Flow Negre –de Sota els Àngels–, o el de Gloria Gaynor con Gerisena Blanc 2017 –de Celler Gerisena–.
Banda sonora que también pondrá el Festival Castell de Peralada –del 5 de julio al 17 de agosto– en el conjunto medieval y los jardines de este castillo digno de figurar en Juego de Tronos. La Orquesta Sinfónica de Barcelona, Joan Manuel Serrat, Rufus Wainwright, Carla Bruni, Jonas Kaufmann o Carlos Santana serán algunos de los protagonistas del verano musical en Peralada. Además habrá danza, ópera y una velada de viticultura y jazz.
Los adictos a las emociones fuertes podrán brindar con espectaculares vistas desde la cima del monte Puigmal en una Degustación de Altura (22 de julio). En estas latitudes, la mar y las montañas tiñen de azul e intenso verde los paisajes que inspiraron al genio ampordanés Salvador Dalí. Y merece la pena vivir a fondo ese Empordà rural y salvaje; desayunar, comer y dormir entre viñas, donde la vida acontece a otro ritmo. En el Celler La Vinyeta se puede hacer todo eso y mucho más: picnic, conciertos, sesiones de astronomía, yoga, poesía...
En nuestra siguiente parada, la brisa del Mediterráneo se mezcla con la cálida libertad que se respira en el Penedès
–entre Barcelona y Tarragona–. La cuna de la Xarel·lo invita al disfrute pausado, a visitar sus bodegas con calma, a asomarse al viñedo con nuevos ojos. Eso es precisamente lo que ocurre al mirar por la ventana desde Mastinell, exclusivo hotel de cinco estrellas con un diseño único –emula un sinuoso conjunto de botellas de cava en rima, y su tejado homenajea a Antonio Gaudí–. Otro de nuestros favoritos de la zona es Can Bonastre, con sus desayunos con vistas a Montserrat y un apetecible spa.
El Sabadell ViJazz Penedès (6-8 de julio) es una de las grandes citas musicales del verano. A este prestigioso festival acudirán algunos de los artistas de jazz más importantes del mundo, y el explosivo sonido de su música se mezclará con actividades muy atractivas: armonías con manjares afrodisiacos, sushi, foie, quesos del Pirineo...
Vinyasons (29 de junio-10 de agosto) también ofrece un excepcional maridaje entre viña y sonidos, con conciertos íntimos –muchos de ellos al aire libre– en vinaterías de Penedès, Alella, Bagès y Empordà.
Al igual que Música a les Vinyes (21-28 de julio) y sus conciertos únicos en el pueblo medieval de Torre-ramona. Algunas de las actividades paralelas del festival son imprescindibles, como el tradicional maridaje de cava y melocotón de Ordal ante la Cofradía del Cava de Sant Sadurní d'Anoia.
Otra increíble experiencia en la zona es la Noche de Estrellas en Familia Torres Penedès (7, 14 y 21 de julio), una preciosa propuesta que combina la observación de estrellas –la velada comienza con un paseo entre viñedos con astrónomos del Observstorio Astronómico del Garraf– con vino, gastronomía y música en directo.
Hechizados por la esencia mediterránea, llegamos hasta Alella –en la ondulante y bella comarca barcelonesa del Maresme–, cuyas pequeñas viñas se ocultan de miradas curiosas mientras luchan por ganar terreno a la imparable expansión urbanística.
Para saborear los vinos que alabaron los escritores romanos y que tanta fama alcanzaron en la Edad Media, hay diferentes planes muy interesantes: almuerzo de payés a la brasa (Enotast 7 de julio), cenas a la luz de la luna llena entre los viñedos de Bouquet d'Alella, showcookings personalizados en Alta Alella, catas a bordo de un barco en pleno Mediterráneo con Alella Vinícola, visita al Centro Enoturístico y Arqueológico de Vallmora...
Y el Festival D'Estiu de Alella (16 de junio-21 de julio), en el que se entremezclan el vino, la gastronomía y la cultura de la zona a través de conciertos muy especiales, ópera, teatro entre viñas, arte vinícola para toda la familia, etc.
Misterios isleños
En Menorca, el verano comienza con una deliciosa leyenda: cuenta que Parella se hundió en el Mediterráneo hechizada por una villa enemiga, donde permanece viva, y que en la noche de San Juan emerge de las profundidades. La Ciutadella es uno de los mejores lugares para mirar al mar e intentar avistar la enigmática ciudad sumergida. Aunque es muy posible que en julio y agosto no lo consigáis... Eso sí, podréis descubrir los vinos de Menorca en la Feria Vi de la Terra (9 y 10 de agosto) y disfrutar de la antigua capital de la isla, con sus preciosas callejuelas, sus extraordinarios restos arqueológicos y sus recónditas calas.
Lanzarote es otra isla fascinante, con esa tortuosa orografía esculpida en lava y cráteres que evocan enigmáticos paisajes lunares. Sus vinos son únicos en el mundo, fruto de una viticultura ingeniosa y sufrida. Para conocerlos más a fondo os proponemos dos curiosas actividades: el 6 de julio en Bodegas Rubicón se relatarán diferentes historias acompañadas de música y vinos lanzaroteños en Érase una vid... historias maridadas con nuestros vinos; y el 14 de julio, se organizará una ruta de senderismo por las zonas de cultivo más representativas de la volcánica isla que finalizará con una degustación en Bodegas La Florida.
Andalucía: duende y naturaleza viva
Jerez es sinónimo de vino irrepetible, de caballos cartujanos y duende flamenco. Ese hechizo indescriptible contagia a esta ciudad de belleza mestiza, y se puede respirar en el II Festival de Flamenco Jerez, Gran Reserva en honor a Pansequito (7 de julio) y, sobre todo, en el Tío Pepe Festival (9-18 de agosto), uno de los eventos enológicos más importantes del verano. Vino, tradición, cultura y gastronomía se funden en un espacio multicultural único: las bodegas González-Byass de Jerez. Además de acoger actuaciones de artistas tan reconocidos como Juanes, Morat, Sara Baras o Loquillo, invitan a participar en Las Cenas de las Estrellas –chefs de la talla de Paco Roncero o Quique Dacosta prepararán menús armonizados con vinos de González-Byass– y de Las Cenas del Festival –veladas exclusivas entre los patios, parras y botas centenarias de la bodega–.
En la provincia vecina, Málaga, se puede vivir otra experiencia sensorial inolvidable. En las proximidades de Ronda, “la ciudad soñada” de Rilke, despunta una bodega de inequívoca belleza: Pies Descalzos, que propone distintos planes enoturísticos entre los que se encuentra Demasiada Calidad, un ciclo de producciones artísticas que comienza el 25 de julio con la actuación del pianista de jazz Stefano Bollani.
Cerca de Sayalonga, en un paisaje de colinas con vistas al Mediterráneo, está Bodegas Bentomiz, que también atrapa con su belleza sinuosa y actividades tan apetecibles como el Mountain Wine & Music (10 de junio-16 de septiembre). Los asistentes a las variadas actuaciones musicales recibirán una copa de vino de bienvenida y una tapa elaborada con productos de la zona.
Y no podíamos irnos de Andalucía sin antes parar en la camaleónica Huelva, tierra del Jabugo y del descubrimiento, de versos inmortales, grutas maravillosas, naturaleza salvaje y ríos de otros mundos. También es tierra de vinos, con la uva Zalema como protagonista absoluta y sus singulares vinos naranjas –se les añade alcohol de vino aromatizado con cortezas de naranja amarga–. La Ruta del Vino del Condado de Huelva sumerge al viajero en su gastronomía serrana, andevaleña y marinera; en las marismas y paisajes dunares del Parque Nacional de Doñana, en interminables atardeceres.
Rioja: hogar de vides
Cómo no deternos en esa región cuya historia exhala vino, en esa Rioja acogedora y viva que guarda tres riojas dentro: la Alavesa, la Alta y la Baja. Rioja de vinos eternos y exuberantes refugios que hacen soñar. Como el abrumador Hotel Marqués de Riscal –Rioja Alavesa–, diseñado por Frank Gehry; que puede ser la parada perfecta si acudís al II Encuentro Enogastronómico Sostenible Rioja Alavesa – Euskadi Entorno a la Mesa del 28 de julio (con catas gratuitas de vinos singulares, degustaciones de exquisitos productos o cenas maridadas en el Sunset & Dine).
Y para plan emocionante, el de sobrevolar los viñedos de Rioja Alta en globo aerostático. O conocer los impresionantes calados medievales de Bodegas Ollauri-Conde de Los Andes.
También apetece brindar y bailar al ritmo del pop-indie festivalero en el Fárdelej Music & Vida Festival de Arnedo (13 y 14 de julio), con conciertos de Coque Malla, Sidecars, Delafé o La Casa Azul. Y participar en las divertidas catas de vinos de la D.O.Ca. Rioja en Logroño, armonizadas con degustaciones de productos de la tierra y actuaciones de diversos artistas, músicos y artesanos (Catarte se celebra todos los viernes de julio y agosto).
Ritmos interiores
Uno de los mejores festivales musicales del verano nos lleva hasta Aranda de Duero, recia capital de la poderosa Ribera –la libertad y la inmensidad que se sienten al recorrerla en coche la sitúan en la diana de nuestro road trip– y antaño capital de Castilla. El Sonorama Ribera 2018 (del 8 al 12 de agosto) reunirá a artistas tan destacados como Liam Gallagher, Sidecars, Dorian, Izal, Rozalén o Bunbury. Para reponer fuerzas, habrá catas de vinos de la D.O. Ribera del Duero y almuerzos en bodegas de la zona; y nosotros os recomendamos quedaros un día más y relajaros en el exclusivo Hotel&Spa Arzuaga –a 40 minutos de Aranda– en plena naturaleza.
En la abrupta y hermosa Huesca, rodeada por los Pirineos, la campiña aragonesa y el desierto de los Monegros, irrumpe cada verano otro potente festival de interior. Barbastro se deja seducir por el Festival del Vino de Somontano (del 2 al 5 de agosto), con espectáculos muy diferentes –teatro, música, magia, etc.– y la popular Muestra del Vino Somontano, que armoniza tapas de más de veinte restaurantes con una amplia carta de vinos y música en directo.
Si os habéis quedado con ganas de más, tenemos reservada una última parada: la fronteriza y boscosa Navarra. La D.O. Navarra es una de las más dinámicas del país y ofrece un sinfín de actividades para viajeros curiosos: visitar el Museo de la Viña y el Vino de Navarra en la majestuosa Olite; pasear a caballo entre los viñedos de Bodegas Pagos de Aráiz; vivir la experiencia Sed de Explorador a bordo de un todoterreno en busca de los viñedos de Garnacha del Proyecto Unsi –perdidos en medio del monte– o dormir en la imponente la Bodega Hotel-Château Pago de Cirsus entre viñas y olivos.
Ahora sí llegamos al final de este viaje. Aunque, como decía Kerouac, "todavía nos quedaba mucho camino. Pero no nos importaba: la carretera es la vida". Y la búsqueda de nuevas sensaciones nunca se detiene.