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Uno de los momentos clave de esta elaboración es el trasiego que se realiza dejando que la gravedad guíe el flujo del vino de barrica en barrica. Este método ancestral se mantiene intacto preservando la esencia de un proceso que no ha cambiado con el paso de generaciones. Cada barrica recibe un cuidado meticuloso y lleno de devoción. Es un vino que, durante la crianza, habla con el silencio mientras el tiempo se desliza lentamente con la luz tenue de las velas como único testigo.
1895
Rioja es una de las zonas vitícolas de nuestro país con proyectos tan longevos como Bodegas Martínez Lacuesta. Nació en una época de esplendor vitícola truncada al poco por la filoxera. Sin embargo, Félix y su padre Eloy supieron resolver los desafíos que este hecho les presentó.
2011
A punto de que en los próximos meses salga al mercado la añada 2012, estamos ante una elaboración que históricamente se ponía a la venta 15 años después de ser vendimiada la uva. Un alarde de paciencia y absoluto convencimiento de que el tiempo es su gran aliado.
Valor humano
Esa forma de aprovechar las ocasiones fue gestionada para favorecer a la sociedad en unos momentos tan delicados como aquella catástrofe del campo. La ayuda al viticultor a través de la Caja Vitícola fue dinamizada por Félix en una noble demostración de su talla humana.
Eterna finura
El vino fino de Rioja es una rara avis en un mundo en el que el tiempo se devora sin contemplaciones. Todo el proceso, desde la vendimia hasta la trabajosa y larga crianza de este vino, va en la dirección de afianzar una complejidad y finura solo reservada a unos pocos elegidos.