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La copa para el catarro

  • Redacción
  • 2002-03-01 00:00:00

La Fundación para la Investigación del Vino y Nutrición (Fivin) no cesa en su empeño por demostrar los múltiples efectos beneficiosos que tiene la ingesta inteligente de vino. Los últimos estudios de los que se hace eco han permitido descubrir que el consumo de vino y cava previene los infartos cerebrales y los catarros.
Según un estudio publicado en The Journal of American Medial Association (JAMA), esta bebida ingerida con moderación reduce el riesgo de padecer accidentes cerebro-vasculares. La dosis recomendada, tanto por Fivin como por la revista mencionada, es la de dos copas diarias. Esta conclusión viene avalada, a su vez, por una investigación realizada por la Universidad de Columbia. El director del Departamento de Neurología de dicha institución, Ralph L. Sacco, afirma que el riesgo de las personas que beben vino moderadamente se reduce en un 49 por ciento comparado con el de los abstemios. Sacco estudió a un total 677 individuos, de diferentes edades y razas, que habían sufrido un ataque isquémico entre julio del 93 y junio del 97, para así determinar el consumo y el riesgo de ataque. El trabajo de la Universidad refleja que este efecto se detecta en jóvenes, adultos y ancianos de ambos sexos, y que incluso se mantiene a pesar de no haber ingerido de forma moderada durante un año, como ocurrió con el 62 por ciento de los participantes en el estudio.
Esas dos copas diarias también las recomienda el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago para prevenir los catarros comunes. Sobre una población de 5.000 personas, los especialistas de esta universidad han investigado la influencia de factores como el estrés y los hábitos alimenticios de consumidores en la aparición del catarro común. Un estudio en el que se ha constatado la importancia de la ingesta moderada de vino como factor ligeramente protector frente a esta patología. El trabajo, que demuestra la mayor incidencia del catarro en la población que padece mayor estrés así como en los fumadores habituales, analiza el potencial del consumo de vitamina C y zinc como factores de protección, y no desde una perspectiva meramente curativa en relación con el problema de los catarros. Los investigadores han afirmado que tomar vitamina C como suplemento adicional no presta ningún efecto positivo en la prevención de esta patología, mientras que la ingesta de dos copas de vino al día resultan un remedio mucho más eficaz contra esta enfermedad.
Este trabajo, que ha contado con la colaboración de epidemiólogos de las Universidades de A Coruña, Vigo, La Laguna, Las Palmas e incluso de la Universidad de Harvard, viene a sumarse a las numerosas investigaciones que sobre las propiedades beneficiosas del vino se han realizado hasta el momento.

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