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Cierto es que nadie sabría decir quién fue primero si el huevo o la gallina. La verdad es que, desde hace mucho tiempo, más del que podíamos imaginar, muchos bodegueros optaron por pasar el vino joven por madera. Notas referenciales como Dehesa de los Canónigos desde 1989 o bodegas Federico que lo llevan realizando desde sus inicios, son claros ejemplos de una moda que ya venía triunfando tiempo atrás. El motivo nos lo podemos imaginar: un precio más razonable para el consumidor. Las ventas, a nivel general, nos auguran buenas vibraciones con los ascensos acontecidos en los dos años pasados de un 25 a un 30%. Es sin duda un fenómeno creciente en esta D.O.
