- Redacción
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- 2014-04-29 13:16:50
La variedad Cariñena entusiasma cada día a más y más vinicultores por todo el planeta, ya que en terruños extremadamente áridos y calurosos, sus uvas producen vinos de primera línea mundial. Allí donde variedades como la Garnacha, que habitualmente es la preferida, solo muestran “fruta y vigor”, la Cariñena nos regala vinos de estructura clara, frescor y una asombrosa precisión.
Francia: Maxime Magnon, Corbières
Ha crecido en la Borgoña, pero actualmente vive en Villeneuve des Corbières, concretamente en la Rue de la Révolution, y el nombre de su calle es el más adecuado para el papel que desempeña Maxime Magnon, de 39 años, en este apartado lugar del Midi francés. Y eso que no propaga nada realmente nuevo, tan solo cultiva el legado de esta región con medios tradicionales, nada más y nada menos. Así logra producir -en 12 hectáreas de viña divididas en diez parcelas- apenas 30.000 botellas de vino. No es extraño, pues el 80 por ciento de las vides cultivadas tienen más de 50 años de edad. Una joya muy especial son las cepas de más de 100 años, que hunden sus raíces en los suelos de pura pizarra del pago de Campagnès. Cultiva el viñedo siguiendo las reglas de la biodinámica. Seis vacas, tres caballos y un asno pastan en el viñedo regularmente, se comen los brotes sobrantes y nutren la tierra con abono fresco. Antes, los vinicultores solían vinificar según el método de la maceración carbónica (la fermentación comienza de modo intracelular, en el interior de las propias bayas sin prensar), para conferir a los vigorosos vinos de Cariñena más frescor y ligereza. Actualmente, Maxime Magnon vuelve a apostar por este procedimiento. Y así, en este terruño del Midi, salvaje y caluroso, consigue un Cariñena de un frescor casi borgoñón. Es un vino con personalidad propia en todos los sentidos, que elude cualquier categorización.
Nuestra recomendación
Maxime Magnon
Campagnès 2010
AOC Corbières
Aromas de frutas negras maduras y guinda; además, una discreta nota de hierbas aromáticas. En el paladar, sorprendentemente sutil, vivaz y marcado por la fruta. Este Cariñena varietal de Corbières ha sido vinificado sin despalillar, siguiendo el método clásico de maceración carbónica, ha madurado en barricas usadas repetidamente y ha sido embotellado con un mínimo de sulfitos. 2014 a 2020.
España: Terroir al Límit, Priorat
Cuando a finales de la década de 1980 unos vinicultores valientes, como René Barbier o Álvaro Palacios, se instalaron en el apartado paisaje de colinas del Priorat, con sus pueblos abandonados y medio derruidos, y participaron en el espectacular renacimiento de este incomparable terruño de pizarra licorella, aún creían en la combinación de variedades ya establecidas con variedades internacionales como Cabernet Sauvignon o Merlot.
Pero pocos años después, las selecciones de Garnacha de parcelas viejas ascendieron hasta convertirse en el orgullo de la DO. Y la ecuación Priorat = Garnacha logró grabarse casi indeleblemente en las mentes de los aficionados al vino. Pero ahora se está perfilando otra diferenciación. Quien hoy visite grandes bodegas como Terroir al Límit, dirigida por el enólogo sudafricano Eben Sadie junto con su socio alemán Dominik Huber, se llevará una sorpresa: los varietales de Cariñena suelen presentar algo más de finura y precisión que los de Garnacha. “En los áridos suelos de pizarra, la Garnacha a veces se estresa un poco, ¡pero la cepa de Cariñena lo aguanta!”, comenta Eben Sadie. Vendimiando más bien pronto, sustituyendo las barricas por grandes tinas de madera y con una vinificación sin despalillar más bien corta, estos dos visionarios de Terroir al Límit en el Priorat confieren a sus vinos de Cariñena una finura absolutamente asombrosa.
Nuestra recomendación
Terroir al Límit
Dits del Terra 2010
Un varietal de Cariñena que fascina ya en la nariz con su aromática sutilmente compleja de bayas rojas y oscuras, hierbas de los prados y algo de menta. Este vino de altísima calidad, que no suele superar el 14 por ciento de alcohol, en el paladar sorprende por su compleja finura y su jugosa estructura ácida.
2014 a 2020
Israel: Vitkin Winery, Judea
Aunque Israel está a más de tres mil kilómetros del núcleo originario de la uva Cariñena, que puede localizarse entre el Languedoc y el Priorat, aun así sigue formando parte del ámbito cultural enológico del Mediterráneo. Esto ya lo sabían los asesores del barón Edmond de Rothschild. Seguidor de la idea sionista, el barón compró a finales del siglo XIX decenas de miles de hectáreas de tierra en la antigua Palestina y plantó viñedos a lo grande, apostando decididamente por la variedad Cariñena. En las décadas que siguieron, esta variedad cayó en descrédito cada vez más, porque allí, con cosechas de hasta 40 toneladas por hectárea, los vinos salían delgados y se comercializaban en ensamblajes sin nombre. Pero en los últimos 15 años, la cosa ha cambiado. Las viejas viñas de secano plantadas de Cariñena que han sobrevivido al arranque hoy se consideran el bastión de los grandes vinos. El químico Yair Margalit, autor del manual Concepts in Wine Chemistry, vinificó en 1999 en su bodega, en la localidad costera de Caesarea, el primer Cariñena varietal que hizo furor como vino de calidad. Otros vinicultores como Lenny Recanati (Recanati Winery) siguieron su ejemplo. Desde 2002, la Vitkin Winery está considerada como la pionera del auge de la variedad Cariñena. En viejas parcelas en Zikhron Ya’akov y Binyamina, cerca de la ciudad portuaria de Haifa, surgen vinos complejos de carácter mineral, densos y, aun así, frescos.
Nuestra recomendación
Vitkin Winery
Carignan 2010
Aromas de bayas oscuras, frutas secadas y pimienta, pero también componentes minerales. A pesar de su plenitud frutal y su concentración, en el paladar se presenta equilibrado. Persistente, con un agradable frescor. En el caluroso año de 2010, la cosecha no superó las cuatro toneladas por hectárea. 2014 a 2017
Chile: Garage Wine Co., Maule
En Chile, los terremotos son los que marcan las épocas. También en vinicultura. Tras la inmensa cesura que causó el gran terremoto de 1939 en los más diversos sectores de la economía, los propietarios de bodegas intentaron mejorar la calidad de sus vinos plantando nuevas variedades. Por eso plantaron entonces, en la zona vinícola de Maule, cepas de Cariñena en considerables extensiones. En las décadas que siguieron, no obstante, solo sirvieron para conferir frescor y color a los vinos corrientes locales, a menudo vendidos a granel. No fue hasta 70 años después cuando 12 vinicultores, junto con el periodista enológico Eduardo Brethauer, descubrieron el enorme potencial cualitativo de las viejas cepas en arbusto, sin injertos ni riego, que aún crecen en una superficie de casi 500 hectáreas. En agosto de 2010, justo un día antes del gran terremoto de ese año en Chile, fundaron la asociación Vignadores de Carignan (VIGNO). Desde entonces, para los fanáticos del vino, los Carignan varietales de Chile se han convertido en el gran descubrimiento. “En las zonas vinícolas calurosas, la Cariñena llega a superar en calidad a la variedad nacional, la Carménère”, asegura Eduardo Brethauer. Los productores más destacados, como De Martino o Morandé, hoy vinifican varietales de Cariñena en Maule. Y Montes ha lanzado un ensamblaje muy prometedor en la bodega Apalta Vineyard en el valle de Colchagua, en el que la Cariñena marca el tono: el Outer Limits CGM.
Nuestra recomendación
Garage Wine Co.
Lot 27 Carignan 2010
Aromas tremendamente complejos de bayas frescas rojas y oscuras, pero también bayas azules y ciruelas; además, frescas hierbas de los prados y notas marcadamente terrosas y minerales que recuerdan al grafito de mina de lápiz y a la tiza. En el paladar es muy equilibrado, con taninos maduros finamente estructurados y una jugosa acidez. Un vino concentrado y maduro, pero también muy fresco. 2014 a 2022
California: Neyers Vineyards, Contra Costa County
Bruce y Barbara Neyers viven rodeados de cepas de Cabernet y Merlot en una granja en Conn Creek, uno de los rincones más bellos de Napa Valley. Pero quien crea que para ellos el horizonte del vino empieza y termina en las variedades de Burdeos, está muy equivocado. Porque antes de que Bruce fundara su propia bodega, trabajó 20 años en el comercio del vino, especializándose en productos superiores de Francia. Fue así como conoció las selecciones de Cariñena de Maxime Magnon en Corbières, y aprendió a amarlas. Y se acordó de que también en California antaño hubo importantes plantaciones de Cariñena con las que, no obstante, durante mucho tiempo se vinificaron ensamblajes corrientes. Emprendió la búsqueda y, efectivamente, encontró tales viñas cerca de la pequeña localidad de Oakley, a unos 80 kilómetros al este de San Francisco. Allí, en la región llamada Costa County, encontró el Evangelho Vineyard, donde medraban vides de pie franco en arbusto de la variedad Cariñena de más de 135 años de edad. Las uvas altamente concentradas de estas cepas se vinifican sin despalillar, siguiendo el estilo de Corbières, para conferir el frescor necesario a este vino concentrado, que suele superar el 14,5 % de alcohol. El vino mosto fermenta en recipientes de acero abiertos y, en la primera fase de la vinificación, el remontado se realiza hundiendo en el vino el sombrero de hollejos con los pies. Para los iniciados, este Cariñena es sencillamente el mejor vino de Contra Costa County de todos los tiempos.
Nuestra recomendación
Neyers Vineyards
Carignan Evangelho Vineyard 2011
Derrochadora aromática madura con notas de frutillos del bosque oscuros y también ciruelas, completado por elegantes notas especiadas y componentes terroso-minerales, también piedra. En el paladar altamente concentrado y especiado, pero equilibrado gracias a su jugosa acidez. Persistente. 2014 a 2018.