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La industria del vino está atravesando una evidente y bienvenida transformación impulsada por la tecnología y la investigación. Sin ir más lejos, durante este mes de abril coinciden en nuestro país hasta tres eventos –la Wine Innovation Week (WIW), Food 4 Future - Expo Foodtech 2024 y la Jornada sobre Cultivo de Viñedo y Calidad de la Uva en Aranda de Duero– en los que se destacará el interés creciente en aplicar avances tecnológicos y científicos en el ámbito de la producción vitícola. Tres interesantes iniciativas en las que se tratarán tendencias emergentes como la desalcoholización y el desarrollo de vinos con bajo contenido alcohólico, así como la sostenibilidad y la seguridad alimentaria mediante tecnología efectiva, sin olvidar la importancia de la investigación y el desarrollo en aspectos como la gestión del agua y el control biológico o la implementación de prácticas de agricultura regenerativa y adaptación al cambio climático. La colaboración entre la industria, la investigación y la tecnología es fundamental para impulsar el progreso en el sector, con empresas vitivinícolas líderes e instituciones trabajando conjuntamente para desarrollar soluciones innovadoras que promuevan la sostenibilidad y mejoren la calidad del vino a largo plazo sin menoscabo del entorno. La tecnología y la investigación están preparando a la industria del vino para el futuro abriendo nuevas oportunidades para la innovación y el crecimiento. Confío en que en el desarrollo de toda esta revolución vitícola se cuente con el ser humano, con toda la historia que rodea al sector, con la tradición y su cultura con el fin de que sea verdaderamente valiosa, porque no debemos olvidar que las transformaciones las hacen las personas, no la tecnología por sí sola. Esperemos que sea así.
